La denuncia es concreta y contundente: los trabajos de ampliación del cuerpo central del Periférico fueron realizados con escaso rigor, con irregularidades que tarde o temprano, habrán de brotar y cobrar su factura. Se pretendió sepultar la ineficiencia, la falta de supervisión e incluso la complicidad, pero de la mano del representante del Sindicato de Materialistas de Torreón (CTM), Félix Caldera Serrano, la información ya es del dominio público.
Y la reacción es igualmente contundente. Fernando Royo Díaz Rivera, del Centro Empresarial de La Laguna, (Coparmex), sostiene que con recursos del erario, cobran las obras como de primera, cuando la calidad es de quinta y que en esta materia, la Administración de Enrique Martínez se caracterizó por el desaseo, la ineficiencia y no se descarta la corrupción; el Distribuidor Vial Revolución y ahora el Periférico son las mejores muestras de que se hacen mal las obras públicas, “cuántas cosas enterradas no serán meras pifias”.
Si en obras de gran magnitud e importancia -y, por supuesto, de elevado costo- se han detectado evidentes irregularidades, se puede suponer que en otras también las hay, por lo que ante los problemas en el Distribuidor Vial Revolución, y ahora en el Periférico, la sociedad lagunera lanza un reclamo: ya basta.
En el fondo, quedan varias preguntas en el aire: ¿quién permitió por acción u omisión, que se ejecutaran obras en Torreón de dudosa calidad, sin garantizar una supervisión puntual y efectiva?; ¿quién o quiénes son los responsables directos de las pifias cometidas en el Periférico y en el Distribuidor Vial Revolución? Y, como una suerte de último consuelo de una sociedad agraviada, ¿quien resulte responsable -ya sea por ineficiencia o corrupción- pagará algún día las consecuencias de su propio desaseo? Tal y como marchan las cosas, les tocará a las próximas autoridades el responder.