No es broma y por ello se debe tomar como corresponde, con total seriedad: cuando los laguneros reclaman atención y soluciones puntuales a problemas específicos, los gobernantes no pueden eludir su responsabilidad y mucho menos jugar a la simulación. Sólo ante una ciudadanía apática, irresponsable y vencida, los que administran los recursos del erario, los beneficiarios del mandato emanado de las urnas, se pueden dar el lujo de imponer sus agendas personales sobre los intereses colectivos, pero ese no es el caso en la Comarca Lagunera.
Hoy, los hombres de negocios de La Laguna de Durango, aglutinados en el Consejo Coordinador Empresarial, cuestionan el desempeño hasta el momento de la administración de Ismael Hernández Deras, por la distancia que marca el titular del Poder Ejecutivo estatal de los problemas y proyectos en la región. Y sólo para dimensionar el nivel del conflicto, hay que leer con cuidado las declaraciones de Augusto Ávalos Longoria, quien precisa que desde hace tiempo se está solicitando una reunión con el gobernador y no la han logrado concertar.
Y simplemente, con los laguneros no se juega. Los empresarios piden que el mandatario visite con mayor frecuencia lo que en los hechos constituye el polo de crecimiento económico más dinámico de todo el estado para que al menos se entere de la problemática en la zona. Los representantes de los cámaras y organismos cúpula de la Iniciativa Privada señalan en tono sarcástico que están planeando organizar una fiesta de cumpleaños porque este mes se cumple un año desde la última ocasión en que el Gobierno del Estado cumplió con la entrega de los recursos del Impuesto Sobre Nómina (ISN) al Fondo de Promoción y Desarrollo Económico del Municipio (Foprodem).
Así están las cosas. Habrá comunidades que toleren lo que sea y cuando sea, pero también las hay que no admiten mas que resultados concretos y una administración pública eficiente y honesta y eso lo deben entender gobernantes, políticos y funcionarios de todos los niveles. La Laguna no admite un trato de segunda y mucho menos que se le pretenda dar largas a reclamos concretos e Ismael Hernández Deras tiene en estos momentos una oportunidad de oro para demostrar que trae bajo el brazo mucho más que sólo un discurso.