Faltan sólo algunos detalles para llegar a la excelencia: Morales Quintero
Citlalli Zoé Sánchez |
El Siglo de Durango
En la actualidad, un derechohabiente del ISSSTE puede tardar hasta un mes y medio en acceder a una consulta de especialidad al Hospital “Dr. Santiago Ramón y Cajal” cuando es canalizado por vez primera por parte de las clínicas familiares de la dependencia de salud o bien otra unidad.
Además, existe una lista de espera de cerca de 40 personas que requieren de alguna cirugía de ortopedia, entre las que destacan la necesidad de una prótesis de rodilla. Hace algunos días, el ex secretario general del sindicato del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) en Durango, Salvador Carrillo Escamilla, denunció que los puestos periféricos están subutilizados.
En contraparte, el nuevo subdelegado Médico, Humberto Morales Quintero, reconoce que hace falta mantener la supervisión en las diferentes unidades médicas con las que cuentan y, sobre todo, darle seguimiento a la solución de posibles fallas. No obstante, dice que el servicio que brindan puede ser calificado “entre bueno y excelente”.
Menciona que su antecesor, Marco Pedro Romero Flores, tuvo importantes logros en cuanto a la atención médica, pero piensa que hacen falta “muchos tableros de control, más supervisión y seguimiento a las supervisiones”.
Añade que su labor al frente de esta área será en especial de refuerzo administrativo en algunos aspectos. “Creo que con eso y concientizando a todo el personal que labora, en el hospital y en las clínicas obtendremos mejores resultados. Hay que trabajar por gusto y no por sentir que es una obligación porque nos están pagando”, declara.
Morales Quintero asevera que la plantilla laboral con la que cuentan “pudiera ser suficiente aumentando la participación de todos”.
Declara que “faltan algunos detallitos” para llegar a la excelencia, pues para arribar a ese nivel se requiere de una participación más activa, incluso del propio derechohabiente.
“Por muchas ganas que tengamos a veces la actitud del paciente no nos favorece en poder brindarle una buena atención. Nos empieza a gritar, a insultar, a exigir y por más que queremos no podemos ayudarlo”, remarca.
El funcionario federal acepta que están en espera de que llegue el material de ortopedia que requieren para las intervenciones, pero afirma que no se pone en riesgo la vida de las personas. “Hay algunas prótesis que son muy costosas que requerimos nos las envíen de la Ciudad de México”, comenta.
Sobre este tema Francisco González González, coordinador de Ortopedia del Hospital “Dr. Santiago Ramón y Cajal”, explica que tienen una lista de entre 85 y 90 personas candidatas a prótesis de rodilla y aunque las han invitado a varias reuniones para platicar sobre su estado de salud, la respuesta ha sido mínima.
Especifica que ha convocado a tres reuniones a los pacientes pero en el último encuentro sólo acudieron 40, mismos que ya se encuentran en lista de espera para ser operados. Por lo tanto, exhorta a todos los interesados a que acudan el próximo 13 de mayo a una reunión.
Cabe mencionar que de acuerdo con lo informado por el área de Comunicación del ISSSTE la periodicidad de las consultas en especialidad es variable, ya que depende de los criterios del médico tratante y la evolución del enfermo. Pero si se trata de la primera consulta y no se trata de una urgencia, la espera es superior al mes.
ESFUERZO
Iniciaron los trabajos de la Segunda Generación de Técnicos Cuidadores para Personas Envejecidas Frágiles del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), conformada por 40 duranguenses.
Las personas se preparan para unirse a las actividades del ISSSTE que van enfocadas al cuidado del envejecimiento de la población en este instituto y que aunada a la falta de cultura preventiva, han encarecido sustancialmente los servicios de salud.
El promedio per cápita en pesos, por grupo de edad, se dispara de 330 entre los cero y los 19 años, a dos mil 376 entre los 40 y 59 años y a cuatro mil 119 para las personas de 80 años o más. Lo anterior porque los padecimientos crónico-degenerativos representan un mayor costo debido a la atención que ameritan, así como a su duración.
