Problemas económicos de las madres disminuyen ingresos del centro educativo
Falta de empleo y de correcta educación son las causas principales por las que los Centros de Atención Infantil (CAI) no han funcionado en forma adecuada, pues por un lado no hay el suficiente dinero con el que se puedan mantener los pagos de madres trabajadoras y, por el otro, en forma desafortunada, se ha tenido por siglos la conducta paternalista, inconveniente del sistema de gobierno.
Inés Pérez Gavilán, presidenta de la Fundación Liyame, informó que la problemática que se ha registrado a causa del inadecuado funcionamiento de los CAI en el polígono que está a su cargo es que ha dejado de funcionar en forma adecuada debido a que no existe el suficiente empleo en la ciudad, y otro factor es la cultura de la gente que está acostumbrada a recibir apoyos del Gobierno.
La Fundación Liyame aceptó que dentro del diseño de los CAI en la ciudad existen algunas explicaciones por las que éstos no están funcionando: la primera es que el polígono en el que se diseñaron los CAI, por lo menos los que le tocaron a la Fundación, se ubicaron en un área muy pequeña, situación que mermó la capacidad de impacto.
Por ejemplo, en el caso de Ciudad Juárez, Chihuahua y Aguascalientes, los CAI fueron todo un éxito, dice la informante, pero en estas ciudades el proyecto sí estuvo funcionando en forma adecuada, gracias a que los Centros fueron diseñados para el apoyo de las madres trabajadoras de maquiladoras.
En forma desafortunada, las madres de Durango, en su mayoría, tienen empleos eventuales, como son los de trabajadora doméstica u otras modalidades, en donde el dinero muchas veces no es seguro. Lo anterior mermaba los ingresos en los CAI cuando las madres no contaban con dinero.
Con respecto a la cultura, Inés Pérez Gavilán manifestó que cuando comenzó el proyecto de los CAI se observó que las madres que podrían hacerse cargo de éstos vivían en una colonia con gran cantidad de movimiento político; ?unas eran del Partido del Trabajo, otras del Partido Revolucionario Institucional, etcétera?, dijo, y generalmente preguntaban qué beneficios iban a recibir.
También fue cuestionada sobre el perfil psicológico que se practicó a las madres educadoras y comentó que de acuerdo con el manual de trabajo, sólo se debía considerar si la prospecto podría ser madre educadora.
El estudio fue realizado por la Universidad del Valle del Guadiana; sin embargo, el diagnóstico no hablaría sobre otros aspectos de conducta y su historial de vida, para conocer sus costumbres y su forma de trabajar.
Continúan
?Seguirán trabajando y las que no lo deseen, simplemente se cerrarán?
La situación que prevalece en los Centros de Atención Infantil (CAI) será sencilla, según indica la Fundación Liyame, pues las madres educadoras que no deseen trabajar no lo harán, ni se les obligará, sólo se cerrará el Centro; sin embargo, la situación de la posible deuda que se generó por la obra deberá ser valorada por la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).
Hay madres educadoras que se encuentran totalmente de acuerdo con el funcionamiento y se les seguirá apoyando, pero en el caso de las que no lo deseen se cerrará el establecimiento y se recogerá todo el mobiliario y material didáctico, para que el CAI pueda operar en otro sitio.