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BUENOS AIRES, ARGENTINA.- Con lágrimas en sus ojos y fotografías de las víctimas en alto, cientos de personas marcharon por Buenos Aires en memoria de los 194 jóvenes muertos durante un incendio en una discoteca al cumplirse ayer el primer aniversario de la tragedia.
Tras una misa celebrada en la catedral metropolitana, familiares y amigos se congregaron en la Plaza de Mayo, frente a la casa de Gobierno, para exigir justicia.
De allí marcharon hacia el populoso barrio de Once donde hasta diciembre de 2004 funcionaba la discoteca República Cromañón. Ahora se levanta en el lugar una especie de santuario en memoria de las fallecidos.
“Hace un año la ciudad sufrió la bofetada de una tragedia, que segó el camino de esperanza de 194 vidas jóvenes que ya no están más y eran promesas, eran futuro”, dijo el cardenal Jorge Bergoglio. La jornada de recogimiento inició cuando el reloj marcó los primeros minutos del viernes.
Con el rostro crispado de dolor, allegados colocaron flores junto al retrato de cada una de las víctimas -en su mayoría tenían entre 20 y 30 años- en el santuario de Once. Como testigos del horror, desde hace un año se apilan allí cientos de zapatillas sucias de hollín, que se quedaron regadas por la calle cuando jóvenes corrían desesperados por salvar sus vidas.
“Los chicos se estaban ahogando y se iban arrancando la ropa mientras trataban de respirar. Y en la estampida terminaron perdiendo las zapatillas”, relató Norma Piquero, una vecina que esa noche corrió hacia la discoteca apenas escuchó los gritos.
“Gritaban ‘¡ayuda, nos estamos quemando vivos! y golpeaban las puertas. Gritaron unos 15 minutos y después todo fue silencio”, recordó la mujer, de 35 años.
La tragedia se produjo el 30 de diciembre de 2004 durante un recital de la banda de rock Callejeros, luego que una bengala lanzada por un joven incendió una malla plástica que cubría el techo del club. La alta concentración de humo tóxico convirtió el lugar en una virtual cámara de gas.
Según la investigación judicial, unas cuatro mil personas se encontraban en la discoteca pese a que estaba habilitada para albergar sólo mil 500; además, varios testigos indicaron que las salidas de emergencia reglamentarias se encontraban cerradas.