Dejó la ola gigantesca unos 230 mil muertos o desapariciones en 13 países.
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BANDA ACEH, INDONESIA.- Personas de distintas partes del mundo se reunieron ayer en las devastadas costas del Océano Índico para recordar a las víctimas del tsunami del año pasado, uno de los peores desastres naturales de los últimos tiempos.
A un año del tsunami, una gigantesca labor de reconstrucción llevó esperanzas a cientos de miles de sobrevivientes. Pero la pena, el dolor y el trauma por uno de los episodios más crueles de la naturaleza siguen estando presentes, junto al temor de que pueda volver a producirse.
?Pensamos en las vidas perdidas, las propiedades perdidas y los empleos perdidos?, dijo Kanagalingan Janenthra, de 19 años, en la ciudad de Batticaloa, en el este de Sri Lanka. ?Tenemos miedo. Algunos de nosotros pensamos que puede venir otra vez?.
Sobrevivientes, amigos y familiares se unieron a líderes nacionales y dignatarios extranjeros para participar de conmemoraciones celebradas en los países más afectados por el tsunami: Indonesia, Sri Lanka, India y Tailandia.
?En este amplio espacio abierto (...) bajo el cielo azul, permanecemos juntos como criaturas de Dios?, dijo el presidente de Indonesia, Susilo Bambang Yudhoyono, en un barrio costero de Banda Aceh, tras guardar un minuto de silencio. ?Fue bajo este mismo cielo azul hace exactamente un año que la Madre Tierra desató el poder más destructivo sobre nosotros?, agregó.
Un terremoto submarino de 9.15 grados de magnitud con epicentro cerca de Sumatra provocó el tsunami, con olas de hasta diez metros que se estrellaron contra costas tan lejanas como las de África del este, llevándose a turistas de las playas y borrando ciudades y pueblos enteros.
El tsunami dejó unos 230 mil muertos o desaparecidos en 13 países del Océano Índico, casi tres cuartas partes de ellos en Aceh, en el norte de la isla de Sumatra, en tanto 1.8 millones de personas perdieron su hogar.
Algunas mujeres se aferraban a sus esperanzas para creer que de algún modo sus hijos continúan vivos. ?En mi corazón, todavía creo que están vivos?, dijo Yasrati, de 38 años, después de publicar fotografías con el rostro sonriente de su hija de 13 años y su hijo de cinco en un periódico local. ?Ellos todavía están en algún lugar, no sé dónde, pero todavía puedo sentirlo?, agregó.
?ESTÁN CON NOSOTROS?
En el sur de Tailandia, personas de diferentes partes del mundo se unieron a los tailandeses para recordar a los cinco mil 395 muertos y cerca de tres mil desaparecidos.
?Sólo quiero llorar. No puedo creer todo lo que pasó?, dijo la australiana Joy Vogel en Khao Lak beach, con una fotografía de la boda de su hija, quien estaba embarazada de tres meses cuando falleció por el tsunami, con otros dos mil 200 extranjeros.
En Peraliya, una ciudad ubicada al sur de Sri Lanka, sacerdotes hindúes, cristianos, budistas y musulmanes entonaron bendiciones en el lugar donde mil personas murieron cuando el tren en el que viajaban fue arrastrado por el tsunami.
La bandera nacional fue arriada a media asta mientras el presidente Mahinda Rajapakse guardaba dos minutos de silencio para recordar el momento en que golpeó el tsunami, en una ceremonia realizada cerca de la costa donde aún se observan los cimientos de las viviendas arrasadas por el cataclismo.