EFE
WASHINGTON, EU.- La Casa Blanca ha reducido “significativamente” sus expectativas sobre los objetivos que puede alcanzar en Irak durante la transición que culmina en cuatro meses con las elecciones en el país, se informó ayer.
El gobierno de Estados Unidos (EU) ya no espera una nueva democracia modelo, una industria petrolífera capaz de sostenerse a sí misma o una sociedad en la que la mayoría de sus habitantes no afronte graves problemas económicos y de seguridad, según el diario “The Washington Post”, que cita a fuentes oficiales de Washington y Bagdad que hablaron con la condición de mantener su anonimato.
“Lo que esperábamos conseguir nunca fue realista, dado el calendario de actuación y la forma en la que evolucionaron los acontecimientos sobre el terreno”, indicó un miembro del Gobierno al “Post” que ha estado involucrado en la marcha de la guerra en Irak desde que comenzó la invasión en 2003.
Según el rotativo, el Gobierno estadounidense se está sacudiendo de encima las “irreales” expectativas que tuvo al principio de la guerra.
El “Post” destaca que pese a los contratiempos, la Casa Blanca todavía hace hincapié en los logros alcanzados.
“Los iraquíes se están haciendo con el control de su país, edificando una nación libre que pueda gobernarse, mantenerse y defenderse por su cuenta”, indicó el pasado sábado el presidente de EU, George W. Bush, en su discurso radiofónico semanal.
Pero el rotativo estadounidense señala que la vida diaria en Irak es un recordatorio de las frustradas ambiciones estadounidenses.
Muchos de los seis millones de habitantes de Bagdad sufren a menudo apagones eléctricos durante días; los padres no se atreven a dejar que sus hijos salgan a la calle por miedo a que los secuestren y los barberos se niegan a afeitar a sus clientes ante el temor a ser asesinados por religiosos extremistas, contrarios a que los hombres se rasuren la barba.