El Universal-AEE
LOS ÁNGELES, CALIFORNIA.- Reese Witherspoon se asume como una mujer que cree en el destino: hace menos de un año, mientras abría cajas en su nueva casa, se encontró con el libro Just Like Heaven, de Marc Lévy; entonces se imaginó que éste podría ser una buena película; se convirtió en su protagonista.
Los motivos que la animaron a aceptar Just Like Heaven (Como si Fuera Cierto), cinta recién estrenada en las salas cinematográficas de México, fueron, recuerda la actriz, ?esa necesidad de alimentar el espíritu de las personas, y de hacer una reflexión sobre la adicción al trabajo que prevalece en la sociedad?.
Y es que en filme dirigido por Mark Waters y producido por Laurie MacDonald y Walter F. Parkes, la rubia da vida a Elizabeth Masterson, una joven doctora que se obsesiona a tal grado con su profesión, que su vida personal pasa a segundo plano, hasta que un accidente cambia el rumbo de su vida y la del apuesto David Abbott (Mark Ruffalo).
A partir de ese momento, Elizabeth experimenta un cambio físico y mental total (ésta se convierte en una especie de fantasma), proceso que continuará una vez que su departamento sea habitado por el solitario arquitecto Abbott, con quien vivirá un bello romance.
En charla con los medios, Witherspoon refiere que es una adicta a las cintas románticas, pero que ésta en particular le dejó un mensaje espiritual, pues aunque su personaje llega a excederse con ese sentido protector, vuelve a la vida a cobrar una segunda oportunidad: enamorarse. Witherspoon también habla sobre su maternidad, ligada un poco con este filme.
?Creo que lo más importante es darse tiempo para todo en la vida; sin embargo, para mí, la prioridad siempre la tendrán los niños; pienso que si los niños son felices, los padres también lo serán?.
Otro de los aspectos que motivó a Reese Witherspoon, quien figura entre las candidatas al premio Oscar por su papel de esposa del cantante Johnny Cash en la película Walk the line, para participar en Como si fuera cierto, fue el hecho de dar vida a una doctora, pues su padres en la vida real son médicos.
El realizador Mark Waters refiere que después de leer el guión de la cinta quedó maravillado con el proyecto, por lo que decidió unirse al equipo MacDonald-F. Parkes, y hacer de una historia simple, un filme muy romántico con toques de comedia, y cuyos protagonistas quedarán en el corazón de la gente.
