Entre todos la mataron y ella sola se murió.
Envidia, ni tenerla ni temerla.
Era una vez un hombre tan pobre, tan pobre, que sólo tenía dinero.
Éramos pocos y parió mi abuela.
Eres como el que asó la manteca.
Eres como San Nicolás, me lo quitas después que me lo das.
Eres lo que comes.