La Ley de Dios no come trampa.
La Ley de la oferta y la demanda resuelve el problema del precio del pan, pero no resuelve el problema del hambre.
La ley del Talión: ojo por ojo, diente por diente.
La ley justa no es rigurosa.
La mala fe, no pare hembra.
La mala no es la herramienta, sino el obrero.
La manzana podrida, pierde a su compañía.