Los gigantes caen ante su propio peso.
Los hijos de mis hijas, mis nietos serán; los hijos de mis hijos, en duda estarán.
Los hijos no vienen con la arepa (pan o tortilla) debajo del brazo.
Los hijos y nietos dos alegrías me dan, el día que vienen y el día que se van.
Los hijos, de pequeños manchan la casa y de mayores ?la limpian?.
Los libros ¡cuánto enseñan!, pero el oro ¡cuánto alegra!
Los lunes, ni las gallinas ponen.