No hay mandado como el que hace el mismo amo.
No hay más chinche que la manta llena.
No hay mayor pena que perder a una mujer buena.
No hay mejor condimento que el hambre.
No hay mejor maestra que la experiencia.
No hay mujeres feas, sólo poco alcohol.
No hay mujeres feas... sólo hombres sobrios.
No hay nada más fácil, que engañar a un hombre honrado.