SUN-AEE
MÉXICO, DF.- El año 2004 fue prolífero en nacimientos reales, que vinieron a refrescar la sangre azul.
El 21 de marzo llegó, junto con la Primavera, a la casa holandesa de los Orange-Nassau, un nuevo miembro: Claus-Casimir, el segundo hijo del príncipe Constantijn y la princesa Laurentien.
Constantijn es el hijo menor de la reina Beatriz y de su ya fallecido esposo, el príncipe Claus. Por cierto, la mamá del pequeño, maestra en periodismo por la universidad de Berkeley, California, al llegar a la mayoría de edad renunció a su primer nombre. Ella se llamaba Petra Laurentien. Veremos si Claus-Casimir no decide omitir el segundo.
En Noruega, el nacimiento de Ingrid Alejandra, que ocurrió en Oslo el 21 de enero, vino a consolidar aún más el que fuera en su momento controvertido matrimonio de sus padres, el príncipe Haakon, heredero de la corona, y su plebeya esposa Mette-Marit. Quién lo dijera, la niña está llamada a ser la primera reina noruega desde el siglo XV, ya que en 1990 se abolió en ese país la Ley Sálica que impedía a las mujeres ocupar el trono.
Casi un año antes, el 29 de abril de 2003, había nacido Ingrid Alejandra, hija de la princesa Marta Louise, hermana menor del príncipe Haakon, y su esposo el productor de televisión y ocasionalmente escritor, Ari Behn.
Alejandra fue la primera nieta de los reyes Harald y Sonja de Noruega, quienes tuvieron dos hijos que, increíble en estos tiempos, murieron en el momento del parto, en 1970 y 1972.
La cigüeña revoloteó, asimismo, sobre el palacio real de Bélgica, y depositó allí el seis de febrero a Louise, la primogénita del príncipe Laurent y de su esposa la princesa Claire. Laurent es el hijo menor del rey Alerto II de Bélgica y de su esposa Paola, quienes por cierto se conocieron durante la ceremonia de coronación del Papa Juan XXIII.
Con Louise suman ya ocho los nietos de la pareja real. El martes siete de diciembre, a las 17:01 horas de Holanda, 101 cañonazos anunciaron en tres ciudades del pequeño reino europeo y en sus antiguas colonias de Curazao y Aruba, el nacimiento de la princesa Catharina Amalia Beatriz, primogénita del príncipe Guillermo, heredero de la colonia holandesa, y Máxima Zorreguieta.
Además, en las calles ondearon las banderas holandesas adornadas con gallardetes naranjas, color oficial de la casa de Orange.
El hecho de que Catharina Amalia haya sido recibida con 101 salvas no es cualquier cosa. Marca un hito en la historia de Holanda.
Resulta que la tradición de celebrar de ese modo un nacimiento real se inició en 1818, pero en ese entonces, las princesas sólo tenían derecho a que se dispararan 51 cañonazos en su honor. Los principitos, en cambio, sí ameritaban los 101. Con Catharina Amalia, el parlamento holandés acabó con tan sonora discriminación y ahora, los bebés reales de cualquier sexo reciben el mismo número de salvas.
La princesita fue bautizada según el rito protestante. Ocupa el segundo puesto en la línea de sucesión al trono.
Al igual que los nacimientos reales, los acontecimientos en las vidas de otros pequeños nobles fueron material de las páginas de la prensa rosa a lo largo de 2004.
Nacida el uno de enero de 2002, Aiko ha venido a poner de cabeza al antiquísimo reino del Crisantemo. Como se sabe, es hasta ahora, la única descendiente del príncipe heredero Naruhito y de su esposa, Masako. Y quizá no haya más. El problema es que según la tradición del ultraconservador reino oriental, sólo un hombre puede ascender al trono. En Holanda, Suecia y Noruega ya modificaron sus leyes de sucesión para permitir que gobierne una mujer. Pero en Japón, ese tema es casi tabú.