Jerusalén, (EFE).- Los frailes franciscanos de Jerusalén entregaron agua del río Jordán para el bautizo del hijo primogénito de los Príncipes de Asturias, informó a EFE el vicario de la Custodia de Tierra Santa, fray Artemio Vítores.
Los envases con agua del Jordán fueron entregados el domingo por el fraile Ovidio Dueñas, encargado del almacén de objetos religiosos del convento, al Cónsul General de España en Jerusalén y en los territorios palestinos, José María Ferré, quien los hará llegar a la Casa Real, agregó.
Como ya es costumbre en los bautizos de los descendientes de los miembros de la Casa Real española, el agua del Jordán será derramada en la cabeza del primer hijo de los Príncipes de Asturias, cuyo nacimiento está previsto para el próximo mes de noviembre.
Los cuatro hijos de la Infanta Cristina y de Iñaki Urdangarín, Juan Valentín, Pablo Nicolás, Miguel e Irene, fueron también bautizados con aguas del río bíblico, al igual que Felipe Juan Froilán y Victoria Federica, hijos de la Infanta Elena y de Jaime de Marichalar.
Los frailes franciscanos acuden cada año el último jueves de octubre en peregrinación a las orillas del río Jordán, al lugar donde fue bautizado Jesús, acompañados por el Ejército israelí pues "hay zonas minadas" porque el río se convirtió en la frontera israelí con Jordania desde la Guerra de los Seis Días de 1967.
Allí, frente a Jericó, el hermano franciscano Ovidio Dueñas, natural de Burgos, se encarga de recoger el agua, que luego hierve, filtra e introduce en una pequeña botella de cristal con la inscripción de Tierra Santa que lacra para su conservación en el almacén de objetos religiosos del convento de Jerusalén.
El río Jordán representa una papel fundamental en la historia religiosa de la humanidad. Según la Biblia, Yavé impuso a Moisés la prohibición de atravesarlo por lo que se vio obligado a contemplar las tierras de sus antepasados desde el monte Nebo, territorio de Jordania.
Adquiere importancia al cruzarlo Josué y simboliza la entrada desde el desierto del pueblo judío a la tierra prometida, un país que emana "leche y miel".
En el río Jordán predicó y bautizó San Juan el Bautista a muchos que acudían a él y allí apareció Jesús, que se introdujo en el agua para ser bautizado.
El río Jordán es centro de peregrinación también para los cristianos ortodoxos que acuden a allí una vez en la vida, pues lo consideran símbolo de purificación antes de la muerte.