MÉXICO, DF.- América regresó ayer a los entrenamientos luego de su apurado triunfo de 1-0 sobre Sinaloa, y ya es una costumbre que los jugadores azulcrema evadan a los reporteros como lo hicieron ayer algunos titulares, además del técnico.
El equipo trabajó la mayor parte del tiempo bajo las órdenes de Mario Carrillo, pero a unos minutos de concluir la sesión le cedió la estafeta a su auxiliar, Juan Antonio Luna, quien luego de hacer algunas observaciones dio por terminada la práctica.
Antes, Carrillo se dedicó a corregir algunos detalles tanto a la defensiva como a la ofensiva, con mayor énfasis en los arribos del brasileño Kléber Boas, quien estuvo muy activo tratando de terminar las jugadas elaboradas por el centro.
En el entrenamiento fue notoria la ausencia del argentino Claudio López, quien tuvo que salir al solicitar un permiso especial para ausentarse. Minutos antes, el delantero Cuauhtémoc Blanco abandonaba las instalaciones para evitar hacer declaraciones.
Quien de plano se negó a atender a la prensa fue el timonel Mario Carrillo, quien mandó decir con el encargado de prensa del club, Francisco Reyes, que no los atendería ayer, ?pero en la semana con gusto hablaría de los temas que fueran?.
Por ello, nadie dio información sobre la situación que guarda el atacante Cuauhtémoc Blanco por la lesión que tiene en una pierna, ni el médico del club, Julio César Cantú, quien al término del entrenamiento literalmente se perdió y nadie supo de él.
Lo mismo hicieron jugadores como Duilio Davino, José Antonio Castro y el chileno Rodrigo Valenzuela, quienes, aprovechando que los reporteros entrevistaban a Guillermo Ochoa, saltaron la cerca del campo de entrenamiento y se esfumaron por los pasillos de las oficinas.