México, (Notimex).- Las hormonas sexuales influyen, entre otras cosas, en la regulación del sueño o la epilepsia debido a que tienen una importante participación en la actividad cerebral, y también marcan las diferencias en el cerebro entre hombres y mujeres.
El investigador de la Facultad de Química de la UNAM, Ignacio Camacho Arroyo, informó que estas hormonas intervienen en la excitabilidad neuronal, protección al daño neuronal, en algunos aspectos de la memoria y aprendizaje, e incluso, en el estado de ánimo.
"Al parecer, también desempeñan un rol decisivo en el crecimiento de tumores encefálicos y del sistema nervioso central, y actúan en los mecanismos involucrados en la ovulación y en la conducta reproductiva", indicó el experto de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Explicó que las hormonas sexuales tienen que ver con la diferenciación sexual del cerebro, de lo cual hay evidencias suficientes de que este órgano es diferente en hombres y mujeres, lo que tiene consecuencias en la vida y sus diferentes ámbitos.
Al dictar la conferencia "¿Qué hacen las hormonas sexuales en nuestro cerebro?" informó que tanto en animales como en el propio ser humano, hay regiones craneales sexualmente dimórficas.
Es decir, diferentes tanto en estructura como en función entre hembras y machos, lo cual significa que hay desigual número de neuronas, distintas conexiones, que trabajan según el género.
"El resultado es que se actúe y piense diferente, y que se tengan habilidades peculiares. En general, los varones presentan mayor orientación espacial y razonamiento matemático", precisó.
Observó que todos los individuos poseen estas hormonas; la cualidad está en la cantidad y en cómo varían a lo largo de la vida.
Entre las sexuales se encuentran la testosterona, progesterona y estradiol: la primera se ha considerado típicamente masculina y las dos últimas, femeninas.
Estas hormonas, dijo, actúan en el cerebro desde etapas embrionarias, ante de saber siquiera el sexo definitivo, y en ese tiempo se organizan de diferente manera el encéfalo de una hembra y un macho, así como en el de un hombre y una mujer. Las diferencias dimórficas, también se manifiestan en términos de enfermedades del sistema nervioso central, entre las más comunes en mujeres se reconoce a la anorexia, bulimia, ansiedad, depresión y Alzheimer, y en los hombres el autismo, tartamudeo, dislexia y esquizofrenia.
Destacó que por la importancia en la salud se ha trabajado en usar las características de las hormonas para contrarrestar algunos males neurodegenerativos, ya que la gran
esperanza es poder utilizarlas contra padecimientos del sistema nervioso.
