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SANTIAGO DE CHILE.- El Gobierno chileno rehusó ayer polemizar con el líder cubano Fidel Castro, quien en los últimos días ha criticado ácidamente al presidente Ricardo Lagos, a su ministro y secretario electo de la OEA José Miguel Insulza y al vocero presidencial, a quienes acusó de no tener principios.
“Chile tiene principios, la democracia chilena tiene principios, en particular en materia de derechos humanos, de tal manera que creo que es inconducente una polémica que se da más bien por los calificativos y no asume el tema de fondo”, afirmó el ministro vocero Francisco Vidal.
Las iras de Castro hacia Chile reaparecieron el miércoles, cuando afirmó que el Gobierno chileno no quiere referirse a la presencia del anticastrista Luis Posada Carriles, que pidió asilo en Estados Unidos, por miedo a “pelearse con el todopoderoso vecino del norte”.
Según Castro, Chile no se referirá a Posada -vinculado al asesinato en Washington de su ex canciller Orlando Letelier- porque carece de principios. Vidal, a quien Castro trató de “vocerito”, recordó que la política chilena incluye el respeto a los derechos humanos no sólo en el país sino en todo el mundo.
Las iras de Castro empezaron cuando Insulza agradeció su elección como secretario general de la OEA, el dos de mayo, señalando que trabajará por la democratización de todos los países, incluso de Cuba.
Castro dijo el miércoles que “admito que me he visto obligado a usar métodos poco formales, pero fueron ellos los primeros que cometieron la infamia de hablar de venir a democratizar a Cuba”.
“Yo lo siento mucho porque ellos fueron los que violaron las normas porque de repente, después de los ‘chanchullos’ (arreglos) suyos por allá en Washington se comprometieron a democratizar la República de Cuba”, añadió Castro desde La Habana.
Vidal declinó hablar de la situación de los derechos humanos en Cuba. “Son realidades distintas. Hay un planteamiento que hace Chile año a año, evaluando la situación no solamente en ese país sino (también) en otros”.
El anticastrista Posada Carriles huyó de Venezuela cuando era juzgado por un atentado contra un avión de una aerolínea cubana, en el que murieron 73 personas, en 1976.
Castro también decidió apoyar la demanda marítima de Bolivia, que quiere recuperar la salida al océano que perdió en 1879, cuando en una guerra Chile derrotó a una alianza peruano-boliviana.
La postura chilena es que los límites con Bolivia quedaron establecidos en el Tratado Limítrofe de 1904, y que los tratados son inmodificables.
