FRANCISCO I. MADERO, COAH.- Catorce años dedicándose al negocio de los yonkes tiene el señor Jesús Gerardo Sandoval Canales, su padre, Emiliano Sandoval Ramírez, fue el fundador de los yonkeros en lo que anteriormente era Chávez, después de él nacieron otras familias que se dedicaron a lo mismo.
?Somos una familia numerosa, ahora tenemos como cinco yonkes?, dice Jesús, cuyo predio se encuentra ubicado a un costado de la carretera que conduce de esta ciudad a San Pedro de las Colonias, en la colonia Zaragoza, todo el que necesita alguna pieza para su vehículo de seguro llega con él.
El señor Sandoval asegura que él compra vehículos americanos pero siempre y cuando cuenten con sus papeles para evitar problemas debido a que por ser una ciudad pequeña están más sujetos a la revisión de las cosas que venden además de que no hay tantos yonkeros como en otras ciudades.
?Uno necesita cuidar su imagen, trabajamos derechos porque aquí los negocios que se dedican a esto son más pequeños que en Torreón donde sí hay muchas irregularidades?, dice Jesús, quien asegura que a comparación con la mayoría de los negocios de este tipo, el suyo es uno de los más limpios que hay en toda la ciudad.
?Me atrevo a decir que tengo más limpio este yonke que mi propia casa, creo que en todo negocio debe haber orden, por ejemplo... yo fumo y sin embargo no hay ni una sola colilla de cigarro tirada en el piso y eso que nada más nos ocupamos de limpiar mi hijo y yo?.
Su yonke se encuentra a la intemperie pero a pesar de eso puede verse cada una de las piezas de los autos acomodadas a la par. En un lado están las puertas de los vehículos acomodadas una tras otra, por otro lado los resortes, más adelante los diferenciales, los muelles y las cajas de velocidades, todo a la vista y sin que le preocupe el hecho de que alguien le robe algo por la noche.
?Mi velador es un perro que llegó aquí solo y se quedó, ahora no estoy en posición de contratar gente porque la situación está difícil y en este negocio a veces hay dinero y a veces no y uno no puede gastar lo que no genera y aunque se gane poco hay que saberlo administrar?, dice el yonkero mientras su hijo, Jesús Gerardo Sandoval Valenzuela, se ocupa de atender a las personas que se detienen a preguntar por alguna pieza o por los precios.
El propietario es además maestro de primaria pero debido a la escasez de empleo trabaja en su yonke desde las seis de la mañana, pues tiene su domicilio frente a su lote, ubicado en la calle Cinco de Febrero y privada Sinaloa de la colonia antes mencionada.
A pesar de que Jesús suele ensuciarse entre los metales procura andar limpio porque dice que no le gustaría dar mal aspecto. ?Mucha gente anda sucia porque se dedica a esto pero eso no es justificación, además quien lava es la mujer y no es justo, hay que pensar en todo?.
Jesús es uno de los pocos yonkeros que prefiere no meterse en problemas pero continúa con el negocio de la familia. ?Sacamos el sustento de lo usado, me siento satisfecho y realizado con mi trabajo, lo que más me enorgullece es tener mi yonke limpio y que me lo digan?.