AGENCIAS
LA PAZ, BOLIVIA.- El presidente de Bolivia, Carlos Mesa, presentó ayer su renuncia al cargo tras cuatro semanas de continuas protestas de la ciudadanía en la capital del país.
Mesa señaló que seguirá siendo presidente hasta que el Congreso se reúna para evaluar su determinación. “Mi responsabilidad termina el día en que el Congreso Nacional tome la decisión. No estoy dejando mi responsabilidad”, dijo Mesa al señalar que permanecerá en el país.
Horas antes del pronunciamiento de Mesa se había especulado con que presentaría su renuncia, algo que fue negado por voceros de la presidencia.
La jornada fue tensa en La Paz, ya que manifestantes habían lanzado dinamita cerca de la casa de Gobierno. El presidente se vio obligado a evacuar la zona.
En otra crisis similar en marzo, Mesa también presentó su dimisión, pero el Congreso no se la aceptó. En esa ocasión, los opositores de Mesa dijeron que se trata de un “chantaje” y una maniobra para lograr el apoyo del Congreso.
Bolivia lleva sumida en un caos civil desde hace un mes. Opositores, campesinos cocaleros, agricultores, mineros, maestros, universitarios y vecinos vienen reclamando la nacionalización de las empresas de hidrocarburos, la convocatoria a una Asamblea Constituyente, la renuncia de Mesa y la convocatoria a elecciones generales.
Mesa deseo suerte a la Iglesia Católica, que está mediando en el conflicto entre el Gobierno, el Congreso, el partido Movimiento Al Socialismo (MAS), que conduce Evo Morales, y agrupaciones sociales y sindicales.
La ministra de Participación Popular de Bolivia, Gloria Ardaya, había adelantado ayer que el presidente Carlos Mesa estaría dispuesto a renunciar al cargo para poner fin a la profunda crisis política y social que vive el país.