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BERLÍN, ALEMANIA.- Alemania conmemoró ayer 15 años de unificación con un acto en el que se evocaron los logros del proceso, pero también los fallos y los problemas, en particular el paro, que en el Este del país afecta a 18 por ciento de la población activa.
La ceremonia, a la que asistieron el presidente Horst Koehler y el canciller Gerhard Schroeder, tuvo lugar en Potsdam (capital del “land” germano-oriental de Brandeburgo que ostenta este año la presidencia de la Cámara de Representación Regional, Bundesrat), concretamente en los históricos estudios de cine de Babelsberg.
La casualidad ha querido que en este aniversario redondo los oradores fueran el jefe del Gobierno regional de Brandeburgo, Matthias Platzeck, en su calidad de presidente del Bundesrat, y el presidente de Bundestag (Cámara Baja), Wolfgang Thierse, ambos germano-orientales y ambos socialdemócratas.
Platzeck y Thierse pudieron evocar con conocimiento de causa las penurias de la República Democrática Alemana y el sufrimiento causado por el Muro, que apelaron a no olvidar, pero también los fallos en el proceso de unificación, en particular el que se desaprovechara lo que podía haber aportado el este.
“Muchas vidas fueros destruidas física y psicológicamente... por el odiado muro”, empezó diciendo Platzeck quien pidió que no se olvide “lo distinta que era la vida antes de la unificación” y la “alegría que supuso para toda Alemania el tres de octubre de 1990”.