La responsabilidad de los grandes volúmenes de basura que se generan en el ex Campo Deportivo fue trasladada a las decenas de comerciantes que la producen, a través del titular de la Dirección Municipal de Servicios Públicos, Guillermo Adame Calderón, pues los desechos son causados por la inconsciencia de los mismos.
Todos los días el servicio de Aseo Urbano pasa por lo menos dos veces para recolectar la basura que se genera en este lugar; sin embargo, durante la tarde y noche, los comerciantes, en vez de reunir su basura o acomodarla para que se la lleven, simplemente la tiran a la calle o no la recogen.
Aceptó que nunca han existido sanciones o multas a los comerciantes que dejan su basura en la calle y consideró que es mejor el consenso entre los comerciantes, aunque se le cuestionó si había temor a los enfrentamientos políticos, ya que en esta zona existen personas que pertenecen al Partido del Trabajo (PT), aspecto que negó rotundamente.
Adame Calderón adujo que la problemática que se genera en este lugar diariamente no es responsabilidad de la Dirección que él representa, sino de los mismos comerciantes. También desmintió que sólo un trabajador de ?carritos? esté a cargo de la limpieza de este lugar, sino que hay varios, pero, además, también existe el servicio de ?tambitos? que periódicamente se lleva la basura que se recolecta.
Solamente en lo que es el ex Cuartel Juárez, el servicio de Aseo Urbano pasa en dos ocasiones al día, pero no se compara con el volumen de basura que se genera.
La problemática que observó el funcionario fue que los comerciantes se han negado a comprar contenedores, con los que se aliviaría en gran medida el aspecto y la suciedad que se acumula diariamente por la tarde y noche.
Por lo menos se requieren de tres a cuatro contenedores en esta zona de una capacidad de tres metros cúbicos cada uno y dijo: ?no es posible que los comerciantes aún quieran que la Dirección les ponga los depósitos cuando se les da el servicio de recolección de basura hasta en dos ocasiones al día?, finalizó.
