Según Pekín, las continuas visitas de Koizumi y otros líderes nipones son el principal problema en las relaciones bilaterales de ambos países.
Pekín, (EFE).- El conflicto diplomático entre China y Japón se reavivó hoy tras un mes de moderación, con las encendidas críticas de Pekín a las visitas del primer ministro nipón, Junichiro Koizumi, al santuario Yasukuni, horas después del desplante de la viceprimer ministra china, Wu Yi, en Tokio.
El portavoz de Exteriores chino, Kong Quan, confirmó hoy que las recientes declaraciones de Koizumi y otros líderes japoneses al respecto de las visitas al Yasukuni son la causa de la polémica y repentina cancelación ayer, lunes, de la reunión entre el primer ministro nipón y Wu Yi.
El santuario sintoísta de Yasukuni, en Tokio, guarda los restos de 14 criminales de guerra japoneses de la Segunda Guerra Mundial y, según Pekín, las continuas visitas de Koizumi y otros líderes nipones son el principal problema en las relaciones bilaterales de ambos países.
"Es lamentable que durante la visita de la viceprimer ministra Wu Yi varios líderes japoneses hicieran comentarios a favor de las visitas a Yasukuni. Esto daña severamente las relaciones entre ambos países", destacó a EFE el portavoz de Exteriores, Kong Quan.
Kong reconoció por fin, tras horas de comunicados contradictorios, que la brusca cancelación de la visita de Wu Yi está relacionada con las visitas al santuario, pese a que ayer un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores chino aseguró que se había debido a "asuntos urgentes" que la viceprimer ministra tenía en Pekín.
Según el portavoz chino, la primera razón que dio el Ministerio de Exteriores, esos "asuntos urgentes", no son la verdadera causa, lo que mostró cierta falta de coordinación en ese departamento.
Hoy, tan sólo horas después de regresar a Pekín, Wu Yi inició un viaje oficial a Mongolia, que en principio era la segunda parte de la gira que la líder china comenzó en Japón.
Acerca de las informaciones contradictorias procedentes de Exteriores, Kong utilizó un proverbio chino con el que acusó a la prensa de "perder la raíz e irse por las ramas" (olvidar lo importante), y reiteró que la visita al santuario Yasukuni es el verdadero asunto que debe solucionarse.
El portavoz no quiso aclarar qué declaraciones y de qué líderes nipones provocaron la ira de Pekín, aunque podría referirse entre otras, a las que el propio Koizumi hizo la pasada semana.
El jefe del Gobierno japonés señaló que seguiría realizando las polémicas visitas a Yasukuni, aunque aclaró que las realiza "a título individual", y no en representación del Ejecutivo nipón.
El portavoz chino destacó hoy la falta de sensibilidad que Japón muestra, con estas visitas, hacia los pueblos asiáticos que invadió en los años 30 y 40, y acusó a Tokio de "ignorar los sentimientos de esos pueblos y las heridas aún no cerradas que provocó".
En la rueda de prensa regular, Kong llegó incluso a mostrarse agresivo con los periodistas japoneses que pidieron más claridad en las razones de la cancelación de la visita, y les pidió que "leyeran mejor la prensa" para buscar las causas del desplante.
Tras un mes de aparente moderación entre los líderes chinos y japoneses, sobre todo a partir de la reunión el 23 de abril de Koizumi con el presidente chino Hu Jintao en Indonesia, ambos Gobiernos han vuelto a poner las espadas en alto.
Desde que Koizumi visitó por segunda vez este santuario en calidad de primer ministro japonés, en 2002, China había suspendido las visitas recíprocas de alto nivel entre Pekín y Tokio (aunque sí las ha habido entre cancilleres).
El viaje de Wu Yi parecía iniciar cierta relajación en el conflicto chino-japonés, pero no ha hecho sino abrir más las heridas entre dos países enfrentados por distintas visiones del conflicto que las enfrentó entre 1931 y 1945, entre otros muchos temas.
La crisis vivió su peor momento en las primeras semanas de abril, cuando decenas de miles de chinos, en su mayoría jóvenes estudiantes, se manifestaron en una veintena de ciudades chinas protestando por libros de texto nipones que según Pekín falsean el conflicto de hace 60 años.
El próximo verano, China celebrará el 60 aniversario del fin de la invasión japonesa, por lo que una nueva visita de Koizumi al santuario (que a veces realiza en agosto, en torno al aniversario de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki) podría agravar aún más el conflicto diplomático.
El portavoz Kong, sin embargo, señaló que este año no es diferente a los anteriores, y que una visita de Koizumi dañará de igual forma a las relaciones con China: "Nuestra actitud hacia el asunto no cambia de un año a otro", respondió a EFE la fuente oficial.