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LIMA, PERÚ.- Cuatro policías peruanos murieron ayer luego que las fuerzas del orden intentaran recuperar un sector de una localidad andina que fue tomado por un grupo de ex militares armados exigiendo la renuncia del presidente Alejandro Toledo.
“Toledo debe irse. Si Toledo no se va, nosotros tampoco nos vamos de acá”, dijo el líder de los insurgentes, Antauro Humala, que en la madrugada de Año Nuevo tomó con unos 160 hombres de su movimiento nacionalista una comisaría en Andahuaylas, 900 kilómetros al sudeste de Lima.
Los hospitales de la zona confirmaron que los policías fallecieron por impactos de bala. Además reportaron cuatro heridos, tres de ellos agentes.
La prensa local mostró ayer fotografías de Humala en uniforme militar con dos pistolas en la cintura y a sus seguidores -entre ellos siete mujeres- fuertemente armados.
Humala dijo que las bajas se produjeron cuando la Policía intentó recuperar un puente que fue tomado por sus hombres, que ahora no sólo controlan la comisaría, sino también varias manzanas de la ciudad, declarada en emergencia por Toledo.
Humala, que en 2000 se unió a su hermano en una frustrada rebelión contra el ex presidente Alberto Fujimori, dijo que lo acompañaban ahora 200 simpatizantes, y que había 800 policías y 700 militares cercándolos.
No hubo confirmación oficial; sin embargo una fuente policial aseguró que “hoy recuperamos la comisaría sí o sí”.
El radical ex militar justificó su levantamiento, acusando a Toledo de corrupto y exigiendo su renuncia. Toledo tiene una popularidad de sólo nueve por ciento, golpeado por los constantes escándalos de corrupción en su entorno y el desempleo.
El líder de los insurgentes Antauro Humala dijo que tiene francotiradores en el techo de la comisaría tomada por su grupo, integrada mayormente por ex soldados que combatieron en una guerra contra Ecuador y contra la guerrilla en Perú en la década de 1990.