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Retorno a Davos/Jaque Mate

Sergio Sarmiento

“La palabra es mitad de quien la habla

y mitad de quien la escucha”.

Michel de Montaigne

El Foro Económico Mundial de Davos sigue asombrando. Pero lo hace por razones distintas a las de hace algunas décadas.

Muchos de quienes acudían al Foro en los decenios de 1970 y 1980 recuerdan con nostalgia las reuniones pequeñas en las que participaban unos cuantos académicos, empresarios y funcionarios públicos y en las que se discutían los temas más importantes de la economía, la política y la sociedad. Ellos afirman que el Foro de hoy, con su enorme tamaño, ha hecho que se pierda el “espíritu de Davos”. Y quizá algo tienen de razón.

Ese Davos de los primeros años ciertamente ya no existe. Algo valioso se ha perdido con su desaparición. Pero eso no significa que el actual Davos no sea importante: crucial, de hecho, en un mundo que se vuelve cada vez más complejo.

En el Foro que da inicio hoy habrá 2,250 participantes oficiales. Entre ellos se cuentan 20 jefes de Estado y de Gobierno así como 70 ministros de diferentes países del mundo. Tan sólo en la jornada inaugural, la de hoy, habrá presentaciones del presidente Jacques Chirac de Francia y del primer ministro británico Tony Blair. Ningún foro intelectual en el mundo ofrece ese aperitivo. Además, más de mil de los empresarios y ejecutivos más importantes del mundo estarán presentes.

Participan también artistas, como Richard Gere y Angelina Jolie, que han dedicado en los últimos años buena parte de sus esfuerzos a causas sociales. Como es lógico, ante la presencia en un solo lugar de personajes tan notables, la seguridad domina muchos aspectos de la reunión. Davos ya no es el apacible lugar para reflexionar que fue antaño.

Pero eso no quiere decir que el Foro Económico Mundial haya perdido relevancia. Por el contrario, la ha ganado de muchas maneras. Davos sigue siendo uno de los pocos escenarios del mundo en que los jefes de Estado y de Gobierno pueden reunirse con empresarios y académicos en un ambiente razonablemente informal. Es verdad que algunas de las presentaciones que se hacen en el foro, especialmente las de presidentes y primeros ministros de países poderosos, no son más que meros discursos como otros tantos que tienen lugar en foros oficiales de cualquier lugar del mundo.

Pero Davos siempre da la oportunidad de que surjan encuentros más pequeños, en los que sí puede haber intercambios de opinión.

Davos es quizá la reunión cumbre internacional más importante de todas las que se llevan a cabo de manera programada. Se me podrá decir que las del Grupo de los 8 son en realidad más importantes, pero el hecho de que estén limitadas a políticos circunscribe su influencia en el mundo real, en el que los empresarios son protagonistas. Por eso es común que se aproveche Davos para realizar anuncios importantes de trascendencia internacional. Para México la importancia histórica del Foro radica en que allí, por primera vez, se planteó la propuesta de negociar un tratado de libre comercio entre nuestro país y los Estados Unidos.

Con frecuencia se atribuye a Davos haber sido el foro que inició el actual proceso de “globalización” de la economía. La verdad es que Davos no lanzó el fenómeno pero sí lo entendió y lo interpretó. Ésa es la razón, de hecho, por la que sus reuniones han atraído tradicionalmente la furia de los grupos políticos opuestos a la internacionalización de la economía y al sistema de mercado.

Pero lo curioso del caso es que en Davos las mesas de debate están abiertas a todos los puntos de vista, incluso los más rabiosos ataques a la globalización y al mercado. En esto Davos es mucho más abierto que Porto Alegre. Ninguna voz que defienda la globalización se escucha en el Foro Social Mundial de esa ciudad brasileña. Mientras que en Davos las críticas al mercado son incluso más numerosas que las que lo defienden.

Quizá por eso Davos resulta tan fascinante. Es un foro en el que realmente se ventilan ideas distintas con libertad y en el que éstas son articuladas por personas que, por su papel como empresarios, académicos, políticos o periodistas, pueden realmente tener influencia en sus países o incluso a nivel internacional.

Yo, por mi parte, regreso a Davos todos los años con alegría y anticipación. Nunca he dejado de aprender algo importante en este encuentro anual. Y nunca he dejado de conocer en los pasillos a personajes que de una manera u otra están cambiando las reglas en las sociedades en las que viven.

HOMICIDIOS

A pesar de toda la reputación de violencia de Estados Unidos, México tiene casi tres veces más el nivel de homicidios per cápita que nuestro vecino del norte. Según una gráfica publicada por el semanario británico The Economist, nuestro país tiene 14 homicidios al año por 100 mil habitantes mientras que Estados Unidos registra sólo cinco.

Correo electrónico:

sergiosarmiento@todito.com

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