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BUENOS AIRES, ARGENTINA.- Un estudio de la Universidad de Buenos Aires reveló que el 56 por ciento de los argentinos tiene antepasados indígenas, lo que generó polémica en un país cuya gente presumía ser, en su mayoría, descendiente de emigrantes europeos.
Investigadores del Servicio de Huellas Digitales de la Universidad analizaron desde 1992 muestras de ADN de 12 mil argentinos elegidos al azar en 11 de las 23 provincias en que está dividido el país.
La intención era determinar la influencia que la población indígena tuvo en la conformación del mapa genético actual de los argentinos que, en principio, se pensaba era minoritario.
Hasta ahora, la historia que conocían los argentinos era que los indígenas habían sido exterminados a fines del siglo XIX y que después llegaron a estas tierras oleadas de migrantes, sobre todo italianos y europeos que poblaron el país.
Los argentinos han tenido durante muchos años la idea de que el país era “la Europa de América” y hasta las guías turísticas explican que al menos el 85 por ciento de la población tenía su origen en el Viejo Continente.
“Los mataron a todos”, solía ser la respuesta generalizada y dicha de manera indiferente ante cualquier cuestionamiento sobre la presencia de indígenas en este país sudamericano.
La respuesta, sin embargo, pareciera que deberá modificarse a la luz de esta investigación que concluyó que sólo el 44 por ciento de la población tiene descendencia netamente europea y que el resto tiene algún rasgo amerindio en su estructura genética.
Es más, de ese 56 por ciento que tiene algún antepasado de los pueblos originarios, el diez por ciento es “indígena puro”, es decir, que su mapa genético no se mezcló con el europeo.
El director del Servicio de Huellas que realizó el estudio, Daniel Corach, resumió al presentar los resultados de las investigaciones que “lo que queda al descubierto es que no somos tan europeos como creemos ser”.
Las conclusiones, como era de esperarse, ya comenzaron a ser cuestionadas por otros investigadores y por algunos sectores de la población que advirtieron que la muestra que se tomó para determinar el mapa genético no es representativa.
El presidente de la Sociedad Latinoamericana de Genética Forense, Gustavo Penacino, advirtió que “sin duda resulta simpático afirmar que somos todos aborígenes, pero el método científico no admite conclusiones no corroboradas por otros grupos”.
Héctor Peláez, dueño de un puesto de diarios, advirtió que la polémica va a continuar porque los argentinos son discriminadores “y les duele en el orgullo reconocer que acá no hubo, sino que hay indios, por más que los quisieron matar”.