EFE
WASHINGTON, EU.- El presidente de Estados Unidos (EU), George W. Bush, prometió ayer que la reconstrucción de Nueva Orleans tendrá también como objetivo eliminar la pobreza y la discriminación racial que quedó de manifiesto en esa ciudad tras el paso del huracán Katrina.
El presidente participó ayer en un servicio religioso en la catedral nacional de Washington, dentro de una “jornada de oración” organizada en todo el país para honrar a las víctimas del desastre, que ha dejado casi 800 muertos y más de un millón de desplazados.
En su intervención, Bush instó a que “a medida que nos deshacemos de los escombros del huracán, deshagámonos también del legado de la desigualdad” dejado en la zona por la esclavitud.
Bush quiso responder así a algunas de las críticas a su gestión del desastre y a las acusaciones al Gobierno de haber reaccionado con lentitud, atribuidas a que la mayoría de las víctimas era de raza negra y pobre, algo que en diferentes sectores consideraron que hubiera sido distinto si se hubiese tratado de blancos y adinerados.
“A medida que reconstruimos viviendas y negocios, renovaremos nuestra promesa como una tierra de igualdad y decencia, y un día los estadounidenses recordarán la respuesta al huracán Katrina y dirán que nuestro país no sólo acrecentó su prosperidad, sino también su carácter y su justicia”, aseguró.
Pero como hizo en su discurso a la nación de la noche del jueves desde Nueva Orleans, Bush no ofreció detalles sobre cómo piensa atajar la discriminación y la pobreza.
En su mensaje del jueves, el presidente anunció un plan de reconstrucción de Nueva Orleans que será uno de los más ambiciosos de la historia y que “cuando haya concluido, los estadounidenses tendrán algo de lo que podrán estar muy orgullosos”.
El discurso del presidente, con el que pretendía responder a las críticas a la gestión federal del desastre que han dejado su popularidad por los suelos, ha sido recibido con una división de opiniones en Estados Unidos.
Así, el presidente de la junta de distrito de Jefferson -a las afueras de Nueva Orleans-, Aaron Broussard, declaró que la alocución presidencial sirvió para “dar esperanza, y esperanza es lo que la gente de esta zona necesita más que cualquier otra cosa”.
Otros han expresado su preocupación por los efectos que el plan de reconstrucción pueda tener en el déficit presupuestario estadounidense, que el año pasado alcanzó los 412 mil millones de dólares y que se calcula que este año se sitúe en 331 mil millones.
El propio presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Dennis Hastert, ha reconocido que los planes aumentarán el déficit, pero consideró que la inversión es necesaria.
Otro de los graves problemas a los que se enfrentará el Gobierno estadounidense es que el huracán ha dejado a unos dos mil niños perdidos, porque no se sabe dónde están ellos o porque no se tiene noticia de sus padres, informó ayer el Centro para Niños Explotados y Perdidos.
“Hemos logrado reunir unos 700 menores de edad con sus familias”, dijo el presidente del centro, Ernie Allen. “Pero hay aproximadamente otros dos mil cuyo paradero no se conoce, o que están bajo custodia de las autoridades sin que se sepa dónde está su familia”, agregó.
Hace una semana, el Centro tenía datos sobre unos mil 600 menores de edad perdidos y, a pesar de los reencuentros logrados, la cifra ha subido “porque más gente se entera de dónde puede llamar, y más familias han encontrado un sitio dónde quedarse después de los primeros días de confusión y traslados”, dijo Allen.
El huracán, que se abatió sobre las costas de Louisiana, Mississippi y Alabama el 29 de agosto, y las inundaciones que lo siguieron han desplazado a casi millón y medio de personas.
Si bien muchas familias habían evacuado la región antes de la tormenta, otras tantas resultaron separadas por la catástrofe. Laura Bush, la esposa del presidente George W. Bush, quien visitó en Louisiana un centro donde están albergados algunos menores de edad separados de sus familias, señaló que “esto debería recordarnos a todos que necesitamos planes para una emergencia”.