La directiva de Vaqueros Laguna está empeñada en lograr la contratación de un lanzador inicialista extranjero que sea estelar, para ello ha lanzado varios anzuelos en busca de ese brazo que venga a hacer el 1-2 con Doug Linton y dejar así tres lugares para que brazos mexicanos completen el staff de abridores.
De darse la contratación de ese extranjero, definitivamente Ben Rivera sería el cerrador del equipo, y ahora viene la lucha deportiva para ganar uno de los tres lugares que restan. Teóricamente el tercer abridor podría ser Manuel Bernal, Martín Gómez el cuarto y para la quinta plaza existen varias opciones: Julio César Jiménez, Hugo Verdugo, Carlos García, Fernando Barreras, Federico Castañeda y hasta el mismo Jorge Roque Gutiérrez.
Por todo lo anterior cabe esperar que Vicente Romo y Adolfo Navarro tengan un buen cuerpo de relevistas, desde los largos, intermedios, el preparador y el bombero, que es Ben Rivera. Hay nombres que pueden ser importantes, como Carlos Gutiérrez y Javier Chapa, aunque este último no se presenta en el campo de prácticas, sabedor de que la fecha para hacerlo era el diez de febrero.
José Antonio Mansur tiene buenos reportes de Gerardo Sánchez sobre Javier Chapa, que lanza actualmente en una liga de Nuevo Laredo, y no se descarta hablar con él en la frontera para que venga y se incorpore a la pretemporada. De estar en buenas condiciones, como todo parece indicar, Chapa es una opción para iniciar juegos y también para relevos, aunque al venir de una operación en el hombro, lo más indicado pareciera ser tenerlo como inicialista, con el fin de darle actividad en periodos iguales de tiempo.
El presidente de la organización contempla la posibilidad de contratar a dos lanzadores extranjeros más e iniciar así la temporada 2005, para que al momento de alguna falla entre los elegidos haya un sustituto inmediato, ya familiarizado con la ciudad, la organización, el parque y todo lo que requiere un proceso de adaptación.
Una posición en donde la lucha por la titularidad será intensa es la receptoría, con Carlos Pacho, Héctor Estrada y Fernando González, que llega de los Tuneros de San Luis con el brazo en alto para decirle a Gerardo Sánchez ?vengo por todo?. Se habla de que González es un elemento de gran defensiva y ese aspecto se define como su característica principal, sin embargo, al verlo en la caja de bateo durante las prácticas se puede observar que ?no hace malos quesos? con el bate, por lo que de ninguna manera se le puede dejar fuera de la pelea por el puesto.
La ofensiva también presenta dudas, aunque a simple vista se antoja que existe suficiente tela de dónde cortar. Peloteros como Rafael ?Shivigón? Castañeda, Grimaldo Martínez, Cornelio García y Héctor Estrada, son ya veteranos del beisbol, pero lo principal de su beisbol ahora está en la ofensiva. A diferencia de los mencionados, ?Bobby? Lara tiene lo mejor de su carrera por delante, con dos buenas actuaciones en 2003 y 2004, lo que le dio la oportunidad de jugar con los Mayos de Navojoa en la última temporada de la Liga del Pacífico.
Hablar con ?Bobby? Lara transmite la confianza que siente el de Hermosillo en sí mismo, lo que le hace pedir una oportunidad de jugar todos los días; se sabe que si jugó prestado con los Rieleros de Aguascalientes, el movimiento se hizo precisamente para darle continuidad, aunque hoy regresa a casa confiado en su buen momento y en busca de un lugar en el orden al bat regular.
Como rivales deportivos de ?Bobby? Lara se asoman el venezolano Rafael Álvarez y Julio Reyes, joven mexicano que Vaqueros Laguna obtuvo en el draft de los peloteros mexicanos que llegaron al beisbol de Estados Unidos sin pasar por esta liga. Para Reyes no había lugar el año anterior, y por ello pasó a los Rieleros de Aguascalientes, en donde cumplía una muy buena actuación ofensiva hasta antes de lastimarse y perder la titularidad.
En el seno de Vaqueros Laguna ya inició la temporada regular, porque los grandes equipos se conforman en el escritorio y entre un mundo de obstáculos, la organización naranja ha buscado con lupa a los refuerzos que se requieren para convertir al equipo en serio protagonista. No existe una varita mágica que asegure el éxito de las caras nuevas, pero es cierto que cuando se pone el ojo en beisbolistas con buenos antecedentes, las posibilidades de darle al clavo se incrementan.
El tiempo se agota y seguramente muy pronto se conocerán noticias que avalen la intención de formar un equipo competitivo, después habrá que esperar para que cada elemento responda de acuerdo a los números que respaldan su contratación, aunque ese aspecto no siempre es valedero, como sucede con Doug Linton, cuyas estadísticas quizá no espantan, pero al estadounidense lo avala su actuación de los últimos meses, sobre todo en República Dominicana y en la Serie del Caribe 2005, como refuerzo de las Águilas Cibaeñas.