Vicente Romo nos comentaba ayer en el Estadio de la Revolución sobre el reconocimiento que le ofrecerán los Padres de San Diego, por ser el primer pelotero mexicano en jugar con esa organización de la Liga Nacional.
Y vaya si el reconocimiento es justo para el que fuera un extraordinario lanzador derecho, nacido en Santa Rosalía, Baja California Sur. En pláticas con verdaderos expertos del beisbol, el punto de vista es unánime, al señalar a Vicente Romo Navarro como el mejor lanzador mexicano en la historia. Con personajes de la talla de Fernando Valenzuela, Teodoro Higuera, Francisco Barrios y Maximino León, entre otros, es fácil comprender la grandeza de este hombre, hoy coach de pitcheo con Vaqueros Laguna.
Pero la trayectoria de Vicente Romo en el beisbol mexicano presenta cosas que hacen más meritorio el reconocimiento que previamente hicieron ya el Salón de la Fama del Beisbol Mexicano y el Pabellón de la Serie del Caribe, en donde se encuentran verdaderas luminarias del beisbol. Por cierto, cabe aclarar que el Salón de la Fama que se encuentra en Monterrey, reconoce la labor realizada por sus huéspedes tanto en Liga Mexicana de Verano como en la del Pacífico; luego entonces, no existe un nicho de inmortales para cada liga.
Vicente ?Huevo? Romo jugó 24 temporadas en la Liga del Pacífico, es segundo lugar en blanqueadas con 38, máximo ganador de la historia con 182, líder de por vida en efectividad, con 2.38, número uno en ponches con 2,038 y es autor del primer juego perfecto que registran los números en el circuito costeño.
Como parte de los Yaquis de Ciudad Obregón, Vicente Romo enfrentó a los Ostioneros de Guaymas en el Parque Abelardo Rodríguez de aquel puerto y el cinco de enero de 1971 retiró en orden a 27 bateadores para dejar su nombre en la historia del circuito invernal mexicano. Ciudad Obregón ganó el partido por 12 carreras a 0.
Entre las cosas curiosas del beisbol se puede comentar que Vicente Romo también participó en un juego sin hit ni carrera, aunque en forma combinada con Emilio Ferrer. Lo extraño es que ese partido tuvo como escenario el mismo parque de Guaymas y ahora Romo formaba parte del equipo local, que en esa ocasión recibía a los Yaquis de Ciudad Obregón.
En Liga Mexicana de Verano, Vicente Romo jugó con los Tigres Capitalinos, del ingeniero Alejo Peralta; Cafeteros de Córdoba, de Chara Mansur Julián; Azules de Coatzacoalcos, de Santiago Burelo, Diablos Rojos del México, de Ángel Vásquez y finalmente con los Leones de Yucatán, entonces de Plinio Escalante.
Sería lamentable que Vicente Romo no pudiera estar presente en el reconocimiento que le brindan los Padres de San Diego y una buena noticia es que José Antonio Mansur Beltrán prometió colaborar en todo lo posible, con algunos amigos que pueden hacer posible lo que hoy parece un sueño para el popular ?Huevo?.
En otro orden de ideas, qué agradable sería ver recuperado muy pronto a Manuel Bernal, este lanzador fue una de las contrataciones más importantes de Vaqueros Laguna de cara a la temporada 2005; Bernal ha trabajado en la pretemporada, con Tom House, Adolfo Navarro y el mismo Vicente Romo; los reportes que se tienen hablan de un estado físico óptimo, por lo que cuando su brazo esté listo para lanzar sin molestias, Bernal podría poco a poco incorporarse al staff de lanzadores, quizá primero a través de algunos relevos de pocos innings, hasta alcanzar un sitio entre los abridores.
Y una felicitación a la gente de Oir Deportes, que anoche ofreció un excelente programa desde el Estadio de la Revolución; ahí hubo varios invitados y 75 minutos fueron pocos para hablar de los muchos temas que hoy en día existen sobre Vaqueros Laguna y el mismo beisbol en general.
Ramón Ortiz prometió no hablar de futbol y la promesa se cumplió. Ojalá que haya muchos programas más como éste, y no tan sólo de beisbol, porque en La Laguna existen muchas disciplinas deportivas con gentes de gran mérito, pero carentes del apoyo y la difusión que merecen, al llevarse prácticamente todo el deporte de las patadas. Un abrazo a Rafael Saborit, por su cumpleaños de ayer.