Esta semana deberá definirse oficialmente el arranque de la Liga Mayor de Beisbol de La Laguna, el circuito que fundara este diario hace más de 50 años y que a pesar de los muchos obstáculos, en los albores del siglo XXI se mantiene en actividad, para beneplácito de los miles de aficionados al Rey de los Deportes en la región.
Había ciertas dudas por la participación de los Mineros de la Sección 74, pero los representantes del conjunto metalero se reportaron para pedir una prórroga y seguramente participarán en la ya próxima temporada para mantener la tradición de ese equipo, el cual tiene varios títulos en su haber.
La supuesta suscripción de Nueva Rosita, Coahuila, Gómez Palacio y los Membrilleros de Peñón Blanco, Durango, fue sólo eso, una mera especulación, y si en realidad existió el deseo de participar, ninguna de estas plazas así lo demostró.
Uno de los muchos obstáculos que ha encontrado la Liga Mayor de La Laguna es la etiqueta de ser un circuito caro o elitista, cuando a lo largo de la historia se ha distinguido por presentar el mejor beisbol en la Comarca, después de la Liga Mexicana de Verano. Vicente ?Huevo? Romo, Alfredo ?Zurdo? Ortiz, José ?Peluche? Peña, Ronaldo ?Ronnie? Camacho, Ramón ?Diablo? Montoya, Jesús Leckler y muchos otros estelares más, se han encargado de darle brillo al tradicional circuito.
Todos los equipos de la Liga Mayor de La Laguna saben que no se trata de un circuito cualquiera, sino de la mejor pelota que se ofrece en la región a nivel semiprofesional. Para llevar el espectáculo a feliz término se contratan los mejores ampayers, se trabaja con un grupo de anotadores oficiales de calidad reconocida, se juega con pelotas profesionales, y al final de la temporada se ofrece una ceremonia de premiación a la altura de todo lo que rodea a la competencia.
Poner en acción a lo anterior representa un gasto muy superior al de cualquier liga que funcione a lo largo de todo el año; aquí sencillamente los peloteros que cobran tres pesos en otro circuito, en la Mayor piden dos o tres veces más. Con el fin de garantizar la seguridad a los participantes se exige una fianza, la cual se devuelve al término de la temporada, siempre que el equipo haya cumplido con todas sus obligaciones.
No es fácil tener un equipo competitivo en la Liga Mayor de La Laguna, los gastos semanales son fijos, mientras que los ingresos suelen variar, al proceder prácticamente en su totalidad de la taquilla y la venta de bebidas en los diferentes escenarios. Hoy en día un equipo de este circuito no puede depender de la ayuda que dé o deje de dar el Departamento Municipal del Deporte; se requiere involucrar a más personas y empresas, cuando no se tiene el respaldo como el de los Mineros de la Sección 74.
Decir que se trata de un circuito caro o elitista, es no entender que se trata de una liga que sólo se juega una vez al año, que reúne a los mejores peloteros locales de la actualidad y da la oportunidad a muchos foráneos, los cuales se rigen bajo un límite, que es aprobado por la mayoría de los participantes.
Desde su nacimiento esta liga es auspiciada por la Asociación Lagunera, que a su vez tiene el aval de la Federación Mexicana de Beisbol y se rige por los lineamientos del deporte organizado, el cual emana de la Confederación Deportiva Mexicana. Son todos estos organismos, no Juan Manuel Pérez Medina o Raúl Héctor Parra Monsiváis, los que impiden participar a todo pelotero que juegue en ligas no afiliadas.
Hoy, por cuestiones extrabeisbol, Javier Valdez Villegas no está en el circuito, después de ser el presidente hasta la temporada anterior. Manejos fuera del reglamento en la Liga Horacio Piña García hicieron que el problema creciera hasta llegar a la situación actual de inhabilitación. Conocer a Javier Valdez Villegas nos permite saber que se trata de gente de beisbol, que actualmente sabe que la sanción es justa porque se violaron acuerdos del deporte organizado, y que seguramente volverá por la puerta grande en busca de otra oportunidad.
Y otra buena noticia es el regreso de Raúl Héctor Parra Monsiváis a la actividad, primero al frente de la Liga Obrero Estudiantil Sabatina y ahora nuevamente con la Escuela Instruccional de Beisbol de La Laguna, noble labor que iniciara con recursos propios hace varios años, con la ayuda valiosa de Francisco ?Chino? Galindo, Roberto Moreno y Víctor Orozco.
Recorrer todos los rincones de La Laguna en busca de talentos para el beisbol es una labor digna de reconocerse, máxime si se hace con recursos propios y en tiempos difíciles como los actuales. En aquella ocasión la Escuela Instruccional de Beisbol de La Laguna puso en bandeja de plata a varios jóvenes laguneros que hoy están en organizaciones de la Liga Mexicana; los Algodoneros de Unión Laguna no aprovecharon la oferta. Ray Padilla como persona de beisbol sabía lo valioso del trabajo que se hacía, pero no encontró respuesta afirmativa del entonces presidente de esta escuadra.
Ojalá que el esfuerzo de quienes se preocupan por desarrollar el beisbol amateur en La Laguna sea muy duradero y el deseo también de que muchos laguneros que hoy son prospectos, encuentren el camino adecuado para convertirse en profesionales y puedan poner en alto el nombre de la región.