La Liga Mexicana de Beisbol (LMB) por fin ha tomado con gran seriedad la lucha contra el doping entre sus peloteros, y ese es un tema que seguramente en 2006 va a traer algunas consecuencias relevantes, las cuales van desde una suspensión temporal hasta la expulsión definitiva del circuito, en caso de reincidencia.
Como un primer paso que por fin se decidió a dar la directiva del circuito, durante la temporada anterior se aplicaron pruebas antidoping a diez peloteros de cada equipo, con resultados alarmantes. La LMB ha dicho que de hoy en adelante todo será transparente en cuanto a la información, pero en relación a los peloteros que dieron positivo sólo se dijo que fue el 30 por ciento de los examinados, sin revelar nombres.
Tiene que ser alarmante saber que en los Diablos Rojos del México y Sultanes de Monterrey, los diez peloteros sometidos al examen resultaron positivos; de los campeones Tigres de Puebla resultó que nueve de los diez peloteros examinados consumen sustancias prohibidas. Como dato adicional para la gente de La Laguna, diremos que en Vaqueros sólo en un caso se dio el positivo. Julio Reyes fue otro que no pasó el examen, pero aquí no hay sanción, ya que todo se debió al medicamento que se le recetó durante la severa lesión muscular que padeció; la sustancia que consumió este jugador es de las que se permiten en caso de tratamiento médico y por esa causa no se considera doping positivo.
Sin duda alguna, es importante que la LMB y los equipos que la integran se hayan decidido a atacar de lleno el problema del doping, quizá durante la próxima temporada haya peloteros que estén muy por debajo de su acostumbrado nivel, y la causa será muy sencilla, al tratarse de elementos en proceso de colaboración en pro de la limpieza del beisbol. Mientras tanto, es halagador que de diez examinados en Vaqueros Laguna sólo dos hayan dado positivo, uno de los cuales no se considera, por consumir un medicamento con receta médica y encontrarse en tratamiento por una lesión muscular.
En más asuntos de la LMB, reunión clave será la del 12 de enero de 2006, con dos casos que desde semanas atrás han causado gran controversia: el número definitivo de refuerzos extranjeros que se van a permitir y la aprobación del calendario para la próxima temporada, algo que año con año provoca muchos dolores de cabeza. En las dos últimas juntas, los directivos no se pusieron de acuerdo sobre los refuerzos importados y se puede anticipar que aquí la discusión sacará chispas.
Los equipos poderosos, los que cuentan con una buena base de jugadores mexicanos, lógicamente están en favor de la reducción a cuatro extranjeros; aquí la postura es clara de Diablos Rojos del México, Guerreros de Oaxaca, Sultanes de Monterrey, Tuneros de San Luis, Tigres de la Angelópolis y Pericos de Puebla. En favor de mantener a seis importados se pronuncian: Águila de Veracruz, Rieleros de Aguascalientes, Petroleros de Poza Rica (antes Langosteros de Cancún), Saraperos de Saltillo y Acereros de Monclova.
Los clubes Piratas de Campeche, Olmecas de Tabasco, Leones de Yucatán, Potros de Tijuana y Vaqueros Laguna están indecisos. Aquí vale la pena señalar que durante la era de José Antonio Mansur Beltrán, la organización lagunera se pronunciaba en favor de seis extranjeros, sin embargo, la propuesta lagunera en la pasada convención de Dallas, Texas, era de reducir a cuatro, seguramente bajo la influencia de los Sultanes de Monterrey, otra de las organizaciones dispuestas a ?ayudar? a la causa naranja.
Sin que sea una información oficial, se sabe que el consejo de administración de Vaqueros Laguna está dispuesto a invertir para hacer del equipo uno de los fuertes candidatos en la Zona Norte. Las necesidades en el pitcheo son evidentes, y también es importante definir la situación de Abel Martínez, cuya baja sería muy sensible, al tratarse de uno de los mejores terceras bases de la liga; de perderse este caso, entonces se tendría la opción de contar con Sergio Palafox, un pelotero joven, de grandes cualidades y más que cumplidor.
Termina entonces el presente año con una gran turbulencia entre los directivos de la LMB; a las acostumbradas dificultades para aprobar el calendario regular y el número de extranjeros, hoy se suma el asunto del antidoping, el cual va con toda seriedad y seguramente pondrá a temblar a varios estrellas de nuestro beisbol profesional.