EFE
LOS ÁNGELES, CALIFORNIA.- Greta Garbo sigue siendo una de las diosas de Hollywood y como tal la industria del cine le rinde ahora pleitesía cuando se cumple el centenario del nacimiento de una estrella que siempre se quiso ocultar del brillo de su propia fama.
Libros, películas en DVD, documentales y hasta sellos intentan suplir la ausencia de la "Divina", una leyenda que no necesitó morir joven, como Marilyn Monroe o James Dean, para seguir viva en el mundo del cine.
Los estudios Warner han querido recordar a la actriz que nació el 18 de septiembre de 1905 con un lote de nueve películas en DVD que bajo el título de Garbo: The Signature Collection agrupa algunas de sus mejores cintas como Ninotchka, Mata Hari, Queen Christina o Grand Hotel así como algunos filmes del cine mudo.
Su visionado devolverá a la vida a una actriz cuya belleza sólo fue capturada en blanco y negro, tonos que añaden más enigma a una carrera de por sí enigmática.
Entre los filmes está Camille, cinta centrada en una cortesana en su lecho de muerte, que es la película preferida de Garbo.
La actriz también será recordada con la publicación de un nuevo libro sobre una estrella que nunca quiso conceder entrevistas ni posar para fotografías fuera de sus rodajes.
Con el título de Greta Garbo: A Cinematic Legacy, el suntuoso volumen incluye numerosas imágenes de esta leyenda que falleció en Nueva York en 1990.
Además, el servicio postal estadounidense emitirá el próximo 23 de septiembre un sello con el rostro de esta enigmática diva sueca que dejó su país camino de Estados Unidos al cumplir los 20 años.
Se trata de un retrato en blanco y negro que el fotógrafo Clarence Bull tomó de la actriz de Anna Karenina cuando tenía 27 años durante el rodaje de As You Desire Me.
Toda una ironía que el rostro más huidizo de Hollywood quede ahora sellado en la correspondencia estadounidense.
La leyenda de Garbo está tan unida a su belleza y su talento como a su lucha por mantener su vida personal en privado.
Hija de un trabajador de la limpieza y de una costurera, el nombre de Garbo siempre está unido a la frase "quiero que me dejen en paz".
Ni tan siquiera asistía a sus propios estrenos y en 1954, cuando le fue otorgado un Oscar de honor tras cinco candidaturas fallidas, por supuesto que no compareció a recoger la estatuilla.
Pese a este comportamiento huidizo, o quizá por eso mismo, Garbo sigue siendo hoy igual de legendaria que en antaño.
Como explica el documental Garbo, fue la actriz la que puso fin a su carrera antes de que Hollywood le diera la espalda.
Su adiós llegó con el fracaso de Two-faced Woman en 1941. Garbo tenía 37 años y nunca más volvió a rodar otra película.
"Era una de las personas más famosas del mundo que intentaba pasar desapercibida a toda costa", recuerda la también actriz Julie Andrews en el documental.
Andrews se encarga de la narración de este documental donde su autor, el documentalista Kevin Bronwnlow, tiene que admitir que pese a su larga carrera en Hollywood nunca pudo entrevistar a esta diva.
Sin embargo los 90 minutos de este documental ofrecen algo insólito para los seguidores de Garbo: imágenes del apartamento de la actriz en el East Side de Manhattan, una casa llena de colores vivos, pinturas y antigüedades.
El documental también incluye 122 segundos de las pruebas de rodaje que hizo para la película The Duchess of Langeais, que nunca se llegó a realizar.
Un documental que cuando se cumple el primer centenario del nacimiento de una estrella no puede estar más de actualidad, en especial al mostrar cómo la prensa del corazón no ha inventado nada nuevo al hablar de los "Bennifer" o los "TomKat" de Hollywood.
Garbo se ganó el apodo de "Gilbo Garbage", término con el que en aquel entonces se referían a su supuesto idilio con el actor de cine mudo y su amante en la pantalla, John Gilbert.