Nueva York, (EFE).- La revista "Rojo", una publicación bimensual dedicada a proyectar la obra de artistas de todo el mundo y un proyecto de arte en si misma, desarrolla una inusual estrategia de promoción en las grandes urbes que ahora tiene como epicentro Nueva York.
Desde su fundación en 2001 en Barcelona por un grupo de artistas entusiastas, la revista, que cautiva por su concepto y contenido originales, es un proyecto que combina, entre otras "acciones", festivales de música experimental, ciclos de cine en directo y exhibiciones.
Esta noche, en Williamsburg, un barrio bohemio y culturalmente activo del condado neoyorquino de Brooklyn, se inaugura una exposición de artistas internacionales, entre ellos tres españoles, que ha tenido como comisarios al personal de "Rojo" y la estadounidense Yasha Wallin.
La muestra, titulada "Rojo: Gold", se presenta en la galería Stay Gold hasta el 20 de marzo y constituye en si misma un "número especial" de Rojo, ya que los artistas que exponen están incluidos en la última edición de la revista.
De España, se ha incluido el trabajo de Eltono & Nuria, Javier Tles y Raquel Sacristán.
La exposición "reflejará la mezcla de técnicas y tendencias en el arte contemporáneo suburbano actual, representado por artistas de procedencias tan diversas como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Italia, Alemania, Portugal y España", dijo Wallin a EFE.
En la inauguración se presentarán los últimos números impresos de la revista y números especiales en formatos tan diversos como DVD, CD-Rom y vinilo. "Rojo" también se ha editado en formatos tan particulares como colecciones de calzado deportivo y camisetas.
Realizada íntegramente con colaboraciones de artistas de todo el mundo, la publicación no lleva texto, solo imágenes de obras, en su mayoría fotografías y trabajos en los que diseño, arte y moda se funden y confunden.
Su estética y diseño son de vanguardia, su calidad de impresión impecable y aunque la selección de los 30 artistas que como promedio presenta en cada número es, si se quiere, azarosa, el contenido es un placer para los sentidos.
Punzantes, de estética urbana y, por qué no, a veces pretenciosas, las imágenes de "Rojo" bien podrían constituir un compendio o manual de la imaginería pop y mediática de nuestros tiempos.
La publicación se presenta ante potenciales lectores en actos culturales, conciertos y exposiciones de múltiples formatos, así como en eventos tan innovadores como "proyecciones de cine en directo".
Editadas y sonorizadas en vivo frente a los espectadores, estas películas son -con resultados de calidad variable- "el futuro del cine", ya que "con el DVD y la internet serán cada vez menos los que irán a las salas de cine", según el editor de "Rojo", David Quiles.
"Sonará pretencioso, pero Rojo es una obra de arte en si misma", dijo a EFE el director creativo de este producto, que cuenta con más de 500 colaboradores y una red de directores asociados en Francia, Alemania, Italia, Reino Unido, Dinamarca, Finlandia, Portugal, Suecia y Luxemburgo, entre otros países.
La revista también se distribuye en Bélgica, Turquía, Israel y Canadá, EU, México, Venezuela, Ecuador, Chile, Brasil, Argentina, Japón y Australia, y prepara el lanzamiento, en marzo, de Rugar, una nueva versión en formato DVD.
"Rojo" se distribuye en librerías especializadas, centros culturales, tiendas de diseño y de museos, y fundaciones de arte contemporáneo, y hasta ahora ha organizado más de 100 eventos en lugares como el Palais de Tokyo, en París, y la feria de arte Arco.
Cada número tiene una tirada de 32.000 ejemplares, cuya producción y distribución se financia con avisos publicitarios de entes públicos y privados, así como con la venta del producto, cuyo precio oscila entre los 10 y 14 dólares, dependiendo del país.
"La verdad es que nunca sabemos cuando saldrá el próximo número. Depende de nuestros anunciantes, pero tener un gran salario no es nuestro mayor objetivo", asegura Quiles.
El editor bromea y dice que "Rojo" "es la revista perfecta para tenerla en el baño", una revista "fresca" o, como se dice en la jerga neoyorquina, una revista "cool", que hace del rojo el "coolor" del arte.