El Siglo de Torreón
Torreón, Coah.- ¿Se puede ser joven a los 76 años de edad? Si usted es de los que piensa que no, debería darse un tiempo para ver la película checa Por Siempre Joven, filme sentimental y sin ningún complejo que retoma cálidamente el tema de la vejez para convertirlo en un canto a la vida.
Luego de haber disfrutado las películas Después de la Medianoche y La Vida que te Espera, este día la 44ª Muestra Internacional de Cine presenta una historia que se congratula con los ancianos de eterna juventud y muestra disgusto con aquellos personajes que ya se han rendido ante la muerte, misma que será proyectada en funciones de 6:00 y 8:30 de la noche en Cinépolis Cuatro Caminos.
Y es que Fanda, el incorregible juguetón de Por Siempre Joven, cuyas escapadas son una inteligente estrategia para alejar a la muerte, es uno de esos exasperantes pero adorables viejos que se rehúsan a seguir las reglas que la sociedad impone cuando se alcanza cierta edad. En esta agridulce comedia, dirigida por Vladimír Michálek, con guión de Jiri Hubac, romper las reglas significa pedir lo más caro en el menú de un restaurante, fingir ser un millonario y engañar al mundo entero.
La cinta, vagamente inspirada en la vida de su protagonista Vlastimil Brodský -participante en históricas producciones como Los Trenes Rigurosamente Vigilados (Jiri Menzel, 1966)-, fue escrita especialmente para él, quien enfermó gravemente poco tiempo después de finalizar el rodaje y se suicidó en abril del 2002, a los 81 años.
Esta, la última intervención fílmica de Brodský, es al mismo tiempo uno de sus mejores trabajos, mezclando con maestría humor y patetismo en un hombre cuya única defensa ante la muerte y los regaños de su insoportable mujer es sonreír y vivir del engaño. Al mismo tiempo, el trágico deceso del actor hace ver las jugarretas del personaje como más que necesarias. ¿Qué mejor manera de retrasar nuestro inevitable final que jugar a ser alguien más?
