El Universal-AEE
MÉXICO, DF.- De pronto pasa desapercibido por los jardines Centenario e Hidalgo de Coyoacán.
Con el cabello en caos, la barba crecida, cuerpo menudo y una mochila jipiteca, Rubén Albarrán se funde con el ámbito coyoacanense.
A unos pasos se encuentra El Hijo del Cuervo, restaurante-bar donde Café Tacvba ofreció su primer concierto. ?Ese día costaba 60 pesos la entrada. Ahora ya es un poco más caro el boleto para un concierto de los Tacvbos, pero con las quitadas y puestas de ceros, la verdad es que no sé cómo quedaría la comparación?.
No obstante este año, el grupo ofreció un concierto todavía más barato que el de ?El Hijo del Cuervo?: tocaron gratis cuatro horas en el zócalo de la ciudad de México en un espectáculo que se convirtió en el más concurrido en la historia.
El Gobierno del Distrito Federal contó 180 mil personas a través de aquel método inventado por Manuel Camacho Solís para contabilizar manifestaciones: cuadricular de manera virtual la Plaza de la Constitución. Quienes estuvieron en el concierto, saben que pudieron ser más porque hubo gente cantando y brincando en las calles de Pino Suárez, 20 de Noviembre, Madero, etcétera.
Entre la fecha de su primera tocada y el concierto en el zócalo, median 15 años, seis discos, dos festivales Coachella y muchos otros indicios de éxito.
Ahora, aprovechando el anonimato coyoacanense, Rubén Albarrán reflexiona sobre la fama del grupo: ?No todo me gusta, pero estoy muy agradecido con la vida que me tocó, tengo buena suerte, muy buen karma o como se le quiera llamar; de alguna forma quisiera regresar todo lo bueno que ha llegado a mi vida?.
Como parte de esa congruencia, el vocalista ha procurado participar en causas sociales, la más reciente fue su integración a la campaña de Oxfam por un Comercio Justo.
-Es común decir que cuando la gente cumple 30 años deja de ser idealista para convertirse en más práctico.
-Pero también dice José Saramago que entre más viejo, más libre; y entre mas libre, más radical. Entonces: ¡Hasta la victoria siempre!
-La canción La Locomotora incluye la pregunta ¿quien escribe de Revolución? En ese sentido ¿te consideras un revolucionario?
-No sé si mis actos me permitan considerarme así, pero quisiera. Por lo menos contribuir un poco para desmantelar al sistema.
-¿Has tenido contacto con el campo mexicano?
-No, solamente en algunas visitas ahora con Oxfam, pero en general soy más una rata urbana.
-¿Más parecido a Rockdrigo?
-¡Pues ojalá! sería bueno parecerse en algo al maestro. Lo que pasa es que yo, como tantas personas que vivimos en la ciudad, hemos sido alejados de una vida más saludable; ya no vemos cómo nace y crece nuestro alimento, así que es imposible tomarle a la tierra el amor y el respeto que se merece. Hemos caído y creído en ideas erróneas de conceptos como ?progreso? y ?desarrollo?.
Sin embargo, hay que demostrar que somos urbanos pero también pensantes.
-Rockdrigo cantaba en su canción más legendaria que no tenía tiempo de cambiar su vida ¿a ti te pasa?
-Más bien mantengo la esperanza de cambiar nuestra vida. Yo creo que nunca acabamos de cambiar.
-¿Qué te parece el cambio que ha tenido Café Tacvba a lo largo de estos 15 años de existencia?
-Nunca pensamos que el grupo que formamos únicamente para divertirnos y tocar en fiestas de amigos, lograra lo que ha logrado Café Tacvba. Nos da lo suficiente para vivir bien con nuestras familias, seguir creando, desarrollando ideas artísticas... ¿qué mas podría pedir?