Primera de dos partes
A estas tierras bravas llegó Francisco de Urdiñola hacia 1572; quizá no tenía más de veinte años. Nacido en el valle de Oyarzum, en la provincia de Guipúzcoa, pertenecía, a una familia probablemente pobre, pero hidalga (como lo eran todas las antiguas familias que poblaban las provincias vascongadas). Fueron sus padres Joanes de Urdiñola e Isabel de Larrumbide.
El primer documento sobre las actividades de Urdiñola en la frontera norte, fechado el 15 de junio de 1578, es una escritura de compra de una estancia de labor con dos caballerías de tierra y sus casas, en el valle de Peñón Blanco; en ellas se dice de él, ser estante (habitante) en las minas de Aviño y mercader en ellas. Pagó por estas tierras 1408 pesos de oro común, provenientes al parecer del comercio.
Sin embargo la ocupación principal de Urdiñola en esa época fue la de soldado. Y reuniendo a un grupo de hombres aventureros y ambiciosos a los que proveyó de armas y caballos, comenzó su carrera como soldado de fortuna acudiendo a donde se requirieran combatientes para reprimir a los indios que asaltaban poblaciones españolas.
En 1579 se le vio luchando en el mineral de Inde para que los españoles pudieran seguir explotando las minas. Un año más tarde lo encontramos en la parte oriental de Nueva Vizcaya (Coahuila) participando como simple soldado en luchas contra los indios Guachichiles que asaltaban la recién fundada villa de Saltillo y el rico mineral de Mazapil.
Los primeros años de vida de Saltillo fueron precarios, los ataques de los indios eran frecuentes, en 1580 hubo un levantamiento general de las tribus siendo sofocado por el Cap. Diego de Aguirre. En 1588 se sublevaron los guachichiles capitaneados por los caciques Cilaván y Zapalinamé siendo Francisco de Urdiñola quien finalmente los sometió. En 1587 a 1589 se efectuaron las rebeliones de los indios Pachos que fueron solucionadas pacíficamente por Urdiñola. El Gobierno Colonial en su propósito de pacificar los indios trató de establecerlos en poblados y cambiar su forma de vida de recolectores en agricultores, como sus intentos fracasan buscó la ayuda de los tlaxcaltecas para que con su ejemplo se hicieran sedentarios y aprendieran de ellos a cultivar la tierra.
En el año de 1591 Urdiñola recibió la comisión del virrey Luis de Velasco para trasladar 400 familias tlaxcaltecas hacia las poblaciones del norte de la Nueva España. Con este objeto llegaron a la villa de Saltillo el dos de septiembre de 1591 un grupo de 71 familias tlascaltecas y 16 indios solteros. El grupo en su totalidad estaba compuesto por 102 hombres, 85 mujeres, 38 niños y 20 niñas que formaron el almácigo de donde salieron posteriormente colonos para un gran número de pueblos coahuilenses y de Nuevo León.
Adjunto a esta villa Urdiñola fundó el 13 de septiembre de 1591 el pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala ?en donde los tlaxcaltecas quedaron establecidos- situada al poniente de la villa de Santiago del Saltillo, y quedando separada de ésta por lo que hoy es la calle de Allende.
Francisco de Urdiñola dedicó la década de 1580 a 1590 a pacificar la región entre Saltillo, Parras y Mazapil. En 1583 recibió el nombramiento de capitán de la tropa de Mazapil sustituyendo a Alonso López de Lois bajo cuyas órdenes había militado y que había sido éste ?López de Lois- uno de los fundadores del mineral de Mazapil.
Si las exploraciones organizadas por el Gobierno de la Colonia y los de las provincias se suspendieron temporalmente, no sucedió así con las exploraciones realizadas por individuos aislados o grupos armados que efectuaban correrías para esclavizar indios para venderlos a los dueños de minas en el centro del país.
En Coahuila nunca hubo encomenderos, los indios estaban amparados por la ley y protegidos por los misioneros, pero los indios hechos prisioneros cuando asaltaban un poblado o a los viajeros se podían retener como esclavos; sin embargo algunos españoles de pocos escrúpulos organizaban batidas para aprehenderlos aún cuando vivieran en paz dentro de sus territorios, individuos tan destacados como don Luis de Carvajal y Alberto del Canto en sus primeros años fueron acusados de practicar la esclavitud en forma clandestina.
Otro elemento importante en la exploración por individuos aislados fueron los frailes que obtenían permiso de sus superiores para salir a evangelizar como es el caso de Fray Martín de Altamira muerto en unión de tres indios conversos en la región del Río Nadadores, lo que dio lugar a la expedición de Urdiñola para castigar y someter a las tribus de esa zona, penetrando Urdiñola hasta el Río Sabinas.
En 1586 Urdiñola contrajo matrimonio con Leonor López de Lois hija de su antiguo capitán, y estableció su residencia en la estancia de Santa Elena, Río grande (Zac.), de la cual se hizo cargo al morir su suegro.
Ya rico y con el prestigio de pacificador y colonizador de la región, Urdiñola presentó una solicitud ante la audiencia de la Nueva España para que se le reconocieran sus méritos y servicios a favor de la Corona Española.
Antes de finalizar el siglo el Cap. Pedro Velada organizó una expedición procedente del Nuevo Reino de León, no se sabe con certeza si en 1598 o al año siguiente con el objeto de repoblar Almadén (Monclava), el intento tuvo una vida efímera pues en 1605 Velada era Alcalde de dicho lugar y por ese tiempo abandonó la empresa.
El año de 1643 dos aventureros encontraron las minas que había explotado Castaño de Sosa el siglo anterior causando gran revuelo tanto en el Nuevo Reino de León como en la Nueva Vizcaya pues las dos provincias alegaron jurisdicción sobre Almadén.
La Audiencia de Guadalajara ejerció jurisdicción de la zona desde 1643 hasta I674 hecho que favoreció la formación de una Provincia independiente de las anteriores a la que se dio el nombre de Nueva Extremadura de Coahuila, designándose como su primer Gobernador al que fuera Alcalde Mayor, don Antonio Balcárcel Rivadeneira y Sotomayor con fecha 23 de septiembre de 1674.
Es en el año de 1674 cuando podemos decir se consolida la ocupación española en el norte de Coahuila, porque al fracasar la explotación de las minas Almadén se había despoblado para 1637 y la colonización fue abandonada hasta 1674 cuando sale don Antonio Balcárcel hacia el norte a repoblar Almadén.
A esta expedición que salió de Saltillo el 18 de noviembre de 1674 se unieron Fray Juan Lados, Comisario Misionero, los frailes Dionisio de San Buenaventura, Manuel de la Cruz y los Tenientes Ambrosio Cepeda, Fernando del Bosque y Pascual Vallejo, todos estos hombres desempeñaron un papel destacado como fundadores de pueblos y catequizadores de los naturales.
El primer punto tocado fue Anhelo que se encontraba abandonado y es uno de los pocos poblados de esa época que todavía perduran. De Anhelo prosiguieron hacia el norte fundando puestos en varios parajes que no progresaron y cuyo emplazamiento es difícil identificar, llegaron el día 21 al sitio donde había sido fundada Santa Cecilia por Castaño de Sosa lugar que repoblaron dándole el nombre de Santa Cecilia de Castaños hoy la actual Villa de Castaños; en este sitio deben haberse detenido dos días porque hasta el 25 llegaron a Almadén distante 12 Km., encontrando el sitio en ruinas; ahí se detuvieron durante varios días y el ocho de diciembre de I874 fundan una villa a la que dieron el nombre de Nuestra Señora de Guadalupe (Monclova).
Balcárcel permaneció en ese lugar durante varios meses dirigiendo personalmente el trazo del poblado, la erección de los edificios destinados al ayuntamiento, la iglesia, la construcción de las acequias para la distribución del agua al poblado y para las siembras de trigo, además fundó junto a Guadalupe un poblado en 1575 para asentar los indios de la región dándole el nombre de San Miguel de Luna.