(Primera parte)
LA ALIANZA
Uno de los mercados citadinos de más raigambre popular es el de La Alianza que debe su nombre al hecho de estar situado a los lados sur y oriente del molino que llevó ese nombre. Se estableció allí porque ello le permitía estar cerca de las vías de los ferrocarriles que era el lugar de desembarco de frutas y verduras destinadas a la población. Los consignatarios arrendaron bodegas a la negociación de La Alianza y allí se formó primeramente un comercio exclusivo de mayoristas a detallistas; después éstos principiaron a instalarse en las cercanías, y la forma de mercado público se extendió a las aceras oriente y poniente de la calle Viesca, y las norte y sur de la avenida Iturbide.
El molino a que hacemos referencia es el de la sociedad anónima La Alianza que los señores Hugo Francke, M. Díaz Quijano y Cía., Pedro Torres Saldaña y Juan Douglas establecieron en diciembre de 1890, con el objeto de instalar una fábrica de aceites y jabones utilizando la semilla de algodón como materia prima en la todavía Estación del Torreón.
Para construir dicha fábrica, la compañía compró a Sommer, Herman y Cía. el predio marcado con el número 1, letras A, B, C, D, E y F, que se encontraba limitado por terrenos de la Sommer, Herman por todos sus lados, excepto por el sur donde, como ya dijimos, limitaba con terrenos propiedad del Ferrocarril Central Mexicano. Dicha compra se efectuó en la Hacienda del Coyote en abril de 1893 con el representante de la Sommer Herman, Andrés Eppen.
En junio de 1895, La Alianza se fusionó con La Esperanza, empresa creada para extraer el aceite de la semilla del algodón y aprovechándolo fabricar algodón (La Esperanza se había constituido en junio de 1887) y con Stephens y Cía. proveedora de aceite y habían constituido una nueva sociedad anónima llamada Compañía Industrial Jabonera de La Laguna y que se dedicaría al negocio como lo venían haciendo, pero ya sin el riesgo de la competencia. De ahí en adelante, fue La Jabonera la que arrendó bodegas a los comerciantes establecidos en los alrededores del molino.
Poco sabemos de la vida de La Alianza durante la revolución debido a la pérdida del archivo municipal y al extravío de ejemplares de los periódicos de la época.
Según se desprende del acta de Cabildo del 28 de noviembre de 1917, el Municipio había estado explotando el terreno propiedad de la compañía jabonera, ya que con esa fecha, el gerente de dicha compañía, Patricio O?Hea, pidió a la administración municipal concertar un contrato que definiera la condición legal del mismo. El ayuntamiento dio amplias facultades al presidente municipal a celebrar con la compañía un contrato de uso y usufructo de dicha propiedad.
Comentarios: silvia.castro.zavala@gmail.com