San José, (EFE).- El sacerdote católico Enrique Delgado fue condenado por un tribunal costarricense a 30 años de prisión por seis cargos de abusos sexuales contra tres menores de edad.
Un tribunal de la provincia de Alajuela, en el norte del país, condenó al religioso por abusos que ocurrieron en 2002 en su casa, a donde convocaba a los jóvenes, que en ese entonces tenían entre 15 y 16 años, para realizar labores en programas de ayuda social.
El sacerdote condenado, que se había declarado inocente, fue absuelto de otras tres acusaciones de abusos sexuales que habían presentado las mismas víctimas.
Además de los 30 años de prisión, el sacerdote fue condenado a pagar 18 mil 500 dólares por daños morales contra los tres jóvenes, así como los gastos del proceso judicial.
El presidente del tribunal, Luis Aguilar, explicó que en la práctica la sentencia quedará reducida a 21 años de prisión porque el año de cárcel en Costa Rica es de ocho meses y no de doce.
Al comentar la sentencia, Aguilar declaró que en el juicio se vieron "comprometidos intereses varios, no sólo el estrictamente jurídico, sino otro social, otro familiar y otro religioso".
El juez denunció que en el juicio, que había comenzado el 22 de febrero, "jefaturas de alto rango de la Iglesia católica se prestaron para enturbiar este proceso".
El juez dijo que el sacerdote fue declarado culpable no sólo por la veracidad de los testimonios de los jóvenes, sino también "por el cúmulo de circunstancias que rodearon el hecho".
Para sorpresa de los presentes, el juez comenzó a leer delante del condenado parte de los testimonios de los menores, según los cuales en una ocasión, al despedirse de uno de ellos, "éste se le aproximó y rozó su pene erecto en una de sus piernas".
"Es de sobra conocido que estos delitos se cometen en la clandestinidad procurándose la ausencia de terceros que pudieran testificar en su contra", añadió el juez.
La sentencia fue recibida por Delgado, quien compareció ante el tribunal con una camisa blanca y un crucifijo colgado en el pecho, con total tranquilidad y no se inmutó al escuchar su condena.
Según los testimonios de los jóvenes, el sacerdote les dio dinero para que regresaran en reiteradas ocasiones a su casa y permitieran que les acariciara sus partes íntimas.
El religioso, quien fue acusado formalmente el 14 de noviembre de 2003, fue inhabilitado como sacerdote de la iglesia de Alajuela el 3 de marzo de 2004.
El cura dirigía una actividad de oración llamada "La hora santa", que era transmitida por televisión y en la cual, según los fieles, hacía milagros como la cura de enfermedades y la resolución de problemas personales.
El tribunal de Alajuela, 20 kilómetros al norte de San José, está integrado por los jueces Luis Aguilar, Sandra Zúñiga y Rodrigo Carmona.