Chirac, ingresó el pasado 2 de septiembre en el hospital aquejado de "una pequeña hemorragia cerebral", pero dijo sentirse muy bien.
París, (EFE).- El presidente francés, Jacques Chirac, salió hoy sonriente y por su propio pie del hospital militar de Val-de-Grace, donde había ingresado el pasado viernes a causa de un "pequeño" accidente vascular.
Antes de reunirse con la prensa que le esperaba, el jefe de Estado francés, acompañado de su esposa, Bernadette, dedicó varios minutos a despedirse del equipo médico que le atendió.
Sin entrar en detalles sobre sus planes inmediatos, el presidente francés dijo "estar particularmente feliz" ante la idea de "volver a casa", aunque recalcó los excelentes cuidados que había recibido.
"Ahora voy a volver a casa y retomar mis actividades. Los médicos me recomendaron que durante una semana sea razonable y lo seré tanto como me sea posible", comentó.
"Soy alguien disciplinado, así que seré razonable", aseguró el presidente, quien dijo sentirse "en muy buena forma".
Para "no ocultarles nada, y esta será mi última palabra, empezaba a estar ansioso por salir y el tiempo empezaba a hacerse largo. Sobre todo a la hora del almuerzo, que estoy muy contento de ir a tomar ahora", añadió.
Visiblemente contento, el presidente francés agradeció a los periodistas su presencia allí y la oportunidad que le daban de "poder saludar a los franceses y francesas" nada más terminar su hospitalización.
En estas primeras declaraciones tras ser dado de alta -que la prensa encontró de inmediato perfectamente "políticas", Chirac, de 72 años, dijo estar "siempre maravillado por la calidad a la vez técnica y humana de nuestro sistema hospitalario".
Celebró, en particular, la "competencia, la generosidad, la gentileza, la dedicación" existente en los hospitales, sean civiles o militares, así como por sus eminentes especialistas, que se encuentran "entre los mejores del mundo".
"Esta competencia y dedicación exige de la parte de todos los franceses tener conciencia de que hay que dar a esos hospitales y a ese personal la estima, el respecto y el reconocimiento que se de merecen", añadió.
Chirac recordó conocer bien el sistema hospitalario nacional, por haber sido su responsable en otras etapas de su carrera política, y recalcó "lo verdaderamente orgullosos que estamos en Francia y cuando somos franceses, de lo que disponemos".
La noticia de que el jefe de Estado francés sería dado de alta esta mañana se produjo pocas horas antes, aunque se esperaba como muy tarde para mañana.
Chirac, que el próximo noviembre cumplirá 73 años, ingresó el pasado 2 de septiembre en el hospital militar de Val-de-Grace, aquejado de "una pequeña hemorragia cerebral" que conllevó "un pequeño hematoma" y ciertos problemas de visión.
Desde su llegada al Elíseo, en 1995, Jacques Chirac había hecho gala de una salud de hierro.
En 2003, el Gobierno desmintió con rotundidad los rumores de que sufría problemas auditivos y de que portaba una prótesis en su oído derecho.
La última hospitalización oficial del presidente francés data de su larga época al frente del Ayuntamiento de París, cuando en 1983 le operaron por segunda vez su fémur izquierdo, fracturado en un accidente de automóvil ocurrido en 1978.