EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Salinas: política ficción/Plaza Pública

Miguel Ángel Granados Chapa

El ex presidente Carlos Salinas quiere jugar con la desmemoria de los ciudadanos. O de plano los considera deficientes mentales. Dijo anteanoche que sería egoísta no compartir con quien lo solicite la fórmula que permitió a su Gobierno reducir la tasa de quince a diez por ciento y al mismo tiempo incrementar la recaudación. ¿Por qué tendría Francisco Gil Díaz que preguntar a Salinas cómo le hizo, si el actual secretario de Hacienda fue el autor de aquella reforma de que se ufana el ex presidente, como subsecretario de ingresos que fue bajo su Gobierno?

El propio Salinas reconoce la paternidad de esa mudanza tributaria. “El equipo del secretario de Hacienda Pedro Aspe -se lee en la página 386 de su libro México, un paso difícil a la modernidad- estaba encabezado por el subsecretario de ingresos, Francisco Gil Díaz,..un economista muy talentoso que había mostrado un gran valor para impulsar cambios de fondo...Aspe y Gil Díaz hicieron una propuesta que pocas veces hacen los responsables del área hacendaria: elevar la recaudación sin subir las tasas impositivas..”

Podría pensarse que se le consultó no sobre la fórmula técnica (que no es verdad que incrementara la recaudación del IVA, pues en su libro reconoce que ésta disminuyó) sino sobre la operación política necesaria para lograr esa enmienda a ese respecto los consejos de Salinas habrían sido inaplicables, porque en el segundo tiempo de su mandato, cuando se practicó la reforma, él contaba con sobrada mayoría en el Congreso, a diferencia del Gobierno de Fox, cuyo partido es minoritario en ambas cámaras.

No, Salinas no desahogó una consulta en su casa. Mintió a Denisse Maerker al reducir a ese papel su participación en el cónclave en que se urdió la fallida reforma que a la postre costó a Elba Esther Gordillo la coordinación de los diputados priistas. Ella misma confesó que en la reunión de que Salinas fue anfitrión se fraguó el acuerdo político entre el Gobierno (representado por el secretario de Hacienda, que no había ido a preguntar sobre su obra) y el principal partido de oposición, representado por el propio presidente del PRI y la jefa de la bancada tricolor. Esa es la naturaleza del papel político de Salinas en esa coyuntura: disponer el rumbo fiscal del país. Que la operación fallara porque estuvieron en juego intereses diversos (por ejemplo el de Madrazo contra Gordillo) es otra cosa. Pero Salinas actuó, en la oscuridad, sin las responsabilidades que de ello se derivan formalmente, como el artífice de acuerdos políticos que habrían repercutido en la economía de las familias. Recuérdese que la sustancia de esa reforma, si bien incluía una reducción del IVA general de quince a diez por ciento, implicaba gravar bienes exentos o con tasa cero, como alimentos y fármacos: una típica reforma regresiva que beneficia a los consumidores de bienes superfluos y lastima a los de artículos de consumo necesario.

La socarronería y mendacidad de Salinas, mostradas en este punto, tiñeron toda su conversación con la periodista, que al entrevistarlo ingresó con el pie derecho al canal cuatro de Televisa. Convertida de investigadora y catedrática en el CIDE a periodista en el canal 40, hace más de ocho años, Denisse Maerker estaba fuera de la pantalla desde el 18 de mayo pasado. Esa noche se difundió la última emisión de su programa En el límite, unas horas antes de que comenzara la huelga que, con iniciales motivos justos y posteriores móviles que ya no son, ha clausurado a ese canal notoriamente para que pueda tomarlo TV Azteca. Jorge Mendoza, vicepresidente de ese consorcio, había invitado a Denisse, previamente a un delincuencial episodio anterior (la toma de las instalaciones de CNI en el Chiquihuite) a ingresar en la emisora del Ajusco. El segundo de Ricardo Salinas procedió de ese modo seguramente por desconocer el talante ético de la periodista. Para bien del conocimiento público de asuntos relevantes, desde anteayer Denisse realizará la emisión nocturna dominical Punto de partida, en cuya función inaugural contó con la primicia de las palabras de Salinas.

El ex presidente eludió responder la mayor parte de las preguntas de su entrevistadora, mientras plagiaba célebres expresiones ajenas, como la que lo hace un estadista, que se interesa en la próxima generación mientras que los candidatos presidenciales se interesan sólo en la próxima elección. Escogió un ritornelo para evadir el interrogatorio de la periodista. Calificó de “política ficción” señalamientos públicos sobre su actuación reciente. En el contexto de la conversación, sin embargo, fue evidente que al no negar explícitamente afirmaciones que lo involucran se implicaba la admisión de los hechos. Negó, por ejemplo, que busque ser senador, pero quiso quitarse de encima con su ritornelo y otras argucias otros señalamientos. Preguntado sobre si conoció antes que el público los videos que filmó en su oficina Carlos Ahumada y sobre su relación con éste, se escudó en un farisaico lamento por la filtración a los medios de documentos que debían estar en reserva, por tratarse de indagaciones ministeriales.

Salinas carece de autoridad moral para descalificar la fractura de la reserva ministerial. Durante todo octubre y casi todo noviembre de 1994 recibió informes del subprocurador Mario Ruiz Massieu sobre la averiguación del asesinato de su hermano José Francisco. Haber designado al fiscal no lo autorizaba a vulnerar la autonomía técnica del Ministerio Público.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 172207

elsiglo.mx