Asegura el mandatario estadounidense que no retirará eu Ejército.
AP
WASHINGTON, eu.- Dos días antes de una manifestación antibélica en gran escala, el presidente George W. Bush dijo ayer que una retirada de las Fuerzas estadounidenses de Irak haría que el mundo se tornase más peligroso y permitiría a los terroristas ?declarar una victoria histórica sobre Estados Unidos?.
Bush dijo que los terroristas se han sentido envalentonados en el curso de los años por la respuesta vacilante de Estados Unidos (EU) a numerosos eventos: la crisis de los rehenes durante el Gobierno del presidente Jimmy Carter, el atentado contra un cuartel de la infantería de Marina de EU en Líbano durante el Gobierno de Ronald Reagan, el primer ataque terrorista contra el Centro de Comercio Mundial durante el Gobierno de Bill Clinton y otros.
?Los terroristas llegaron a la conclusión de que carecíamos de la valentía y el carácter necesarios para defendernos?, dijo el presidente. ?La única manera en que los terroristas pueden ganar es si retrocedemos en nuestra resistencia y abandonamos la misión.
?Por la seguridad y garantía del pueblo estadounidense, eso no va a ocurrir durante mi Presidencia?. Varios analistas y dirigentes opositores han dicho, sin embargo, que el régimen de Saddam Hussein no estaba estrechamente vinculado con el terrorismo y que en todo caso la guerra iniciada por Bush para derrocar al dictador iraquí sólo ha exacerbado el problema.
Bush habló en el Pentágono después de recibir informes acerca de las guerras en Irak y Afganistán. Los informes fueron presentados por el general George Casey, comandante máximo de las Fuerzas norteamericanas en Irak y el general John Abizaid, jefe del Comando Central, que hablaron por videoconferencia. El vicepresidente Dick Cheney también estuvo presente.
Bush admitió que hay diferencias de opinión acerca de Irak y que algunos desean que los EU retiren sus fuerzas de ese país a fin de evitar mayores actos de violencia.
La activista antibélica Cindy Sheehan, que acampó cerca de la hacienda de Bush en Texas durante el mes de agosto, encabezará hoy una concentración de protesta contra la guerra de Irak que los organizadores confían atraerá a millares de manifestantes. ?Reconozco sus buenas intenciones, pero su posición es errónea?, dijo el presidente acerca de esos manifestantes. ?Retirar nuestras fuerzas (de Irak) haría del mundo un lugar más peligroso?.
Bush admitió la pérdida de vidas estadounidenses en Irak -que ya supera las mil 900 muertes-, y dijo que ?honraremos su sacrificio completando la misión y ganando la guerra contra el terrorismo?.
POCOS CREEN QUE EU GANARÁ GUERRA
Sólo el 21 por ciento de los estadounidenses cree que Estados Unidos ganará la guerra en Irak y el 55 por ciento es partidario que se agilice la retirada de las tropas de ese país árabe, según una encuesta divulgada ayer.
El sondeo, realizado por las empresas CNN/USA Today/Gallup, apunta que el 20 por ciento, de los 818 adultos entrevistados entre el viernes y el domingo pasados, opina que EU tiene la capacidad de salir victorioso, aunque probablemente no lo logrará.
El 34 por ciento considera que la guerra no se puede ganar.
Más de mil 900 soldados estadounidenses han perdido la vida desde el inicio de la invasión Irak por EU Irak en marzo de 2003, la mayoría en campo de batalla para aplastar a los grupos insurgentes.
Ante la continua espiral de violencia, el 55 por ciento de los encuestados quiere que EU agilice los planes para retirar a sus tropas de Irak, comparado con el 41 por ciento que no desea un cambio en la política actual.
La activista Cindy Sheehan, cuyo hijo murió en Irak el año pasado poco después de ser desplazado a ese país, encabezará mañana sábado una marcha multitudinaria en Washington precisamente para exigir la retirada de las tropas de EU.
Sheehan inició su campaña nacional de protesta en contra de la guerra el mes pasado, cuando acampó junto con otros activistas en las cercanías del rancho del presidente de EU, George W. Bush en Crawford (Texas).
Soldados británicos reducen presencia militar en Basora `
Los soldados británicos en la tensa ciudad sureña de Basora redujeron su presencia en las calles ayer, luego que el gobernador provincial ordenó a la población terminar toda cooperación con los ocupantes hasta que se disculpen por la toma de una estación de Policía a fin de liberar a dos de sus soldados.
Por segundo día consecutivo, no fueron vistos soldados británicos en compañía de la Policía iraquí en sus patrullajes en Basora, como hacían rutinariamente antes.
En el resto del país, una bomba en un camino estalló al paso de un convoy norteamericano en el sur de Bagdad, causándole la muerte a un soldado y heridas a seis más, mientras que un automóvil cargado con explosivos hirió a otro militar estadounidense en las afueras de la capital. En tanto, supuestos rebeldes mataron a tiros a al menos ocho iraquíes en cuatro ataques realizados ayer, dijeron funcionarios.
En Nueva York, el ministro de Relaciones Exteriores de Irak dijo que los rebeldes con seguridad incrementarían sus esfuerzos por interrumpir el referendo del mes próximo sobre la Constitución del país y que los siguientes tres meses son cruciales para el futuro de la nación.
?En ningún otro lugar las metas de libertad, democracia y desarrollo están más en riesgo. Conocemos con claridad nuestro camino, pero necesitamos de su ayuda. Necesitamos de la ayuda de cada nación miembro y de esta organización para ganar esta lucha. Permaneceremos unidos o perderemos todos?, dijo Joshyar Zebari a los miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en un encuentro público el miércoles.
En entrevista, el asesor de Seguridad Nacional de Irak, Muafak al Rubei, calificó el ataque del lunes por parte de las Fuerzas británicas a la estación de Policía de Basora como una ?violación flagrante de la soberanía iraquí?.
El enfrentamiento creó nuevas dudas en torno al poder que los radicales shiitas con lazos cercanos a Irán han logrado en la región alrededor de Basora, así como sobre el papel de los ocho mil 500 efectivos británicos en Irak y dudas sobre la fecha de entrega de la autoridad local a las Fuerzas de Seguridad regionales.
