O será mejor decir ¿Televisa contra Santos? Hoy no vamos a hablar de política, pero sí de sociología, si la gentileza de este diario nos lo permite. Tenemos que reconocer algo y decirlo abiertamente: el futbol es un fenómeno sociológico colectivo, de masas. No solamente es un deporte, una actividad física, ni sólo un espectáculo público; es una auténtica expresión cultural, si queremos entender por cultura todo el quehacer humano, una manifestación de las masas populares que incluye a todos los sectores de la sociedad, traducido en un medio de escape y desahogo de tensiones, de emociones reprimidas, de inquietudes psicológicas.
En la Comarca Lagunera la sociología del futbol va más allá, se personifica, tiene rostro y nombre. El equipo Santos es un fenómeno en sí mismo porque ha logrado en su relativamente corta existencia aglutinar en su derredor voluntades y propósitos, ha logrado la aceptación de un público que se identifica con él, gracias al esfuerzo de ese puñado de individuos que conjugando la experiencia con la juventud dejan el corazón y el alma en el campo de juego. Pero no sólo los que juegan, también la eficaz administración deportiva que tiene claridad en los objetivos y los medios para alcanzarlos y una dirección técnica que sabe sacar provecho de las aptitudes y capacidades de los que aportan talento y de los que por su juventud, entregan coraje y energía.
Santos, el equipo de futbol, el club deportivo, es un fenómeno sociológico, no solamente de nuestra Región Lagunera, sino de otras entidades vecinas como Chihuahua, Durango y el resto de Coahuila, ha tenido la virtud y el mérito de identificar el espíritu lagunero, espíritu que se caracteriza por el trabajo, la decisión y la voluntad para vencer obstáculos y alcanzar las metas. Por eso hemos vencido la geografía adversa y las condiciones climatológicas difíciles.
Santos es ya un emblema de la región porque independientemente de diferencias políticas, económicas o religiosas y aún de carácter cultural o de clase social, los laguneros de Durango y de Coahuila nos sentimos identificados con este equipo pues en su breve historia ya dado ya muchas satisfacciones a la noble afición que ha seguido su trayectoria y le ha otorgado su apoyo.
Tanto unifica el equipo Santos a las familias laguneras que podemos asegurar que en un evento social o en un escenario real o imaginario en el que coincidieron militantes de diferentes partidos políticos, personas de distintas doctrinas religiosas o individuos de diversa condición económica y discutieran asuntos y temas en los que no pudieran ponerse de acuerdo, la sola invocación del nombre del equipo Santos, bastaría para lograr un punto en el que la gran mayoría por no decir que todos para no caer en la exageración, se identificaría al momento. Y decimos esto porque hemos asistido a eventos diversos donde priistas, perredistas y panistas, católicos y protestantes, ricos y pobres, empresarios y trabajadores, en algo coinciden y los hace comunes: en el fenómeno Santos.
Ahora, una vez más participará en la ronda final del presente torneo, lo que ha llenado de júbilo a los laguneros. Tendrá como contrincante de esta segunda fase al equipo América, cuya propietaria la gigantesca corporación que es Televisa ya ha desplegado desde ahora una fuerte y tendenciosa campaña publicitaria, aprovechando los medios de comunicación electrónicos que posee, radio y televisión y aún los medios escritos, para exaltar la calidad real o aparente de su equipo y descalificar anticipadamente a Santos, al que minimizan y quieren ridiculizar, menospreciando las cualidades individuales y de grupo de sus integrantes por eso cuestionábamos al principio de este artículo: ¿Santos contra América o Televisa contra Santos?
Estrategia equivocada que no dará los resultados que sus operadores esperan, porque los jugadores santistas demostrarán en el campo de juego el material de que están hechos y vencerán con coraje y enjundia los alardes publicitarios de comentaristas mercantilizados que dan por muerto, al según ellos, pequeño David que enfrentará al Goliat electrónico, para seguir unificando el espíritu lagunero dando satisfacciones a su afición. Así lo creemos y por eso lo decimos.
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