Sao Paulo, Brasil.- Un gol del centrocampista Danilo y otro del guardameta Rogerio Ceni dieron ayer al club Sao Paulo una victoria difícil por 2-0 sobre el River Plate en el partido de ida de las semifinales de la Copa Libertadores disputado en el Estadio Morumbí.
La ventaja resultó cómoda porque el River Plate no supo asimilar el gol de Danilo a los 77 minutos y Lucho González, en una jugada infantil, metió la mano al balón dentro de su propia área para conjurar un ataque del Sao Paulo, que Rogerio Ceni, el portero goleador, se encargó de tirar sin rubor, pese al esfuerzo de Franco Constanzo.
El River Plate no necesitó meter todos sus hombres bajo los tres palos de Franco Constanzo para conducir a gusto el partido hasta los 77 minutos, cuando al Sao Paulo le cayó del cielo el gol del triunfo.
Hasta la diana salvadora de Danilo, el Sao Paulo había intentado sin éxito de todo: toques cortos, pases de primera intención, lanzamientos profundos, remates a distancia y centros al vacío, pero nada parecía vulnerar la defensa riverplatense.
Horacio Ameli y Eduardo Tuzzio debieron parecer murallas para Luizao y Amoroso, pues una y otra vez rebotaron al piso al porfiar en el choque cuerpo a cuerpo para robar el balón.
La jugada de gol más clara del conjunto brasileño en el primer tiempo la inventó Amoroso, a los 36 minutos, al dejar en el camino a tres custodios. Constanzo se le atravesó en el camino en forma temeraria y el duro golpe sufrido en el hombro amenazó su permanencia en la cancha.
La dinámica impuesta en la zona medular por Luis González, Víctor Zapata y Marcelo Gallardo confundió las marcas del conjunto brasileño, que debió replantear sobre la marcha el dibujo táctico para impedir sorpresas en la portería de Rogerio Ceni y buscar alternativas frente a la de Constanzo.
El trabajo no fue fácil, pues el chileno Marcelo Salas y el argentino Ernesto Farías se las ingeniaban para llegar con facilidad y peligro al arco enemigo, siempre escoltados de cerca por Gallardo o Lucho González.
Zapata, un poco más retrasado, desempeñó sin descanso una función de fuelle que aliviaba la tarea de marca de Javier Mascherano y reforzaba la misión ofensiva de los dos creativos.
River no descuidó su táctica en la segunda mitad, apenas dosificó las fuerzas de sus hombres y buscó administrar con un criterio casi espartano el uso del balón, como para no gastarlo.
En esta misión mostraron competencia Gallardo y González ante el desespero del conjunto local y sus hinchas.
Dos remates de Souza, uno de ellos devuelto por el poste, estremecieron los cimientos de la defensa del conjunto argentino y dieron la sensación de que Paulo Autuori había acertado al mover sus fichas.
El respiro llegó para los jugadores del Sao Paulo cuando el camisa diez Danilo recogió un rebote cerca del área del River Plate y de pierna izquierda la depositó por el ángulo izquierdo del guardameta. El conjunto de Leonardo Astrada pareció desmoronarse anímicamente, pues dos minutos después Amoroso, ante una defensa lenta, hizo explotar el balón en el palo.
Pero sobre el final Lucho González cometió el penalty que Rogerio Ceni se encargó de cambiar por gol a un minuto del fin.
