Misterios de Marcos
Desde la poco triunfal y hasta desairada marcha zapatista por varios estados panistas a principios del sexenio, propiciada por Fox con mala leche para el EZLN y su siempre subcomandante -¿sus huestes no lo consideran digno de un ascenso?-, hemos extrañado a Marcos. Nada se sabía de su destino, salvo de vez en cuando en la especializada Jornada.
No hubo información ni comunicados trascendentes. Circularon sólo informales noticias sin confirmar del guerrillero estrella de Latinoamérica. Deprimido con razón por el lamentable fracaso de la Ley Indígena, que debió ser el colofón de todo el rollo zapatista, de años de trabajo y fruto de los acuerdos de Larráinzar, “el Sup” se habría semirretirado y casado con una periodista de las muchas que babeaban por él en 1994”.
Se dijo también que “vivía en Bélgica”, dada su popularidad en Europa. Su depresión era lógica: los chiapanecos no tuvieron en las ciudades el impacto que tenían desde su selva y la Ley fue torpedeada con encono por el PRI y el PAN a través de sus senadores Manuel Bartlett y Diego Fernández.
Pero no tan lógico fue el silencio de Marcos de los últimos años, sobre todo cuando nos dice hoy su vocero Bellinghausen que la situación de los indígenas zapatistas, frente a todos sus males, empezando por los asesinos grupos paramilitares, no se solucionó en lo mínimo en ese tiempo. No fuera más que contra esa peligrosa situación, Marcos debió seguir gritando día tras día. Pero no fue así. Pareció dormirse sobre sus maltrechos laureles.
Y de repente, se reanuda el “thriller”, las declaraciones de la selva, los comunicados, las amenazas y los misterios. Es obvio que el famoso subcomandante no quiere que lo olviden en el proceso electoral y muy bien, pero ¿para qué? ¿por narcisismo? ¿para ser candidato? No.
Hubiera tenido que crear un (racista) Partido Indígena, ya que según acusa, los jerarcas perredistas de 1997 Cuauhtémoc Cárdenas, jefe moral del PRD y después primer jefe de Gobierno del D.F, y Andrés Manuel López Obrador, a la sazón jefe del PRD nacional, se negaron a admitir a 50 mil indígenas zapatistas en el partido del Sol Azteca, porque les hubieran comido el mandado a todos los demás, indígenas ya sofisticados, mestizos, o blancos.
Por otra parte, dice la Suprema que no, que en México a diferencia de muchos países democráticos, no hay posibilidad de candidato independiente. Ya vimos con Castañeda (me cae mal el cuate, pero debió tener derecho a ser una opción) que lo que más combaten los partidos y su mánager el IFE es una candidatura sin ellos.
Están defendiendo los miles de millones que les damos, nosotros, los que no decidimos. Marcos vuelve por sus mismos fueros: defender la causa indígena que pareció soltar con su silencio berrinchudo, creando una organización que “durará años” y todo esto basado en ataques a López Obrador. Sin haber leído a profundidad los argumentos 2005 de Marcos, uno podría pensar con desilusión que lo que de él se decía en 1994, a saber que “era un invento del inteligentíssssimo Salinas” pudo ser cierto, cuantimás que como Comisionado por la Paz a Chiapas envió CSG a su entonces amigo Manuel Camacho Solís, yerno de un poderoso ex gobernador de Chiapas.
Estaba pues bien hecho el tinglado si es que en efecto Salinas fue el autor del genial teatro tropical de enero 1994. ¿Hoy Marcos resurgiría en favor de Madrazo, otra criatura del diabólico pelón? ¿ sería posible que el guerrillero justo y vanguardista le hiciera el caldo gordo a lo más añejo, sucio, retrógrada y “corporativo” (véase a Gamboa Pascoe) del PRI, que es lo que el Moretón representa? ¿el resurgimiento del “Sup” podría tener la meta de impulsar al mentiroso, que se escuda en su padre genético, del que es el opuesto? Todos contra El Peje, hasta Marcos... además de Cuauhtémoc Cárdenas, del envidioso Sodi, de buena parte de la TV y de la radio, no así de la prensa escrita. La gente sencilla puede decirse: “Si hasta el Sup ataca a AMLO, pues es que El Peje no vale la pena”. Y qué grave porque lo único que quedaría por escoger sería el voraz y vetusto PRI, ya que el PAN está “kaputt” con Creel, con “caballo negro” o con yegua pinta y hasta con Calderón, que se dice dispuesto a unirse al irresponsable panista que resulte responsable de la candidatura.
Pero si se pone más atención a las exageradas y por momentos hasta un poco ridículas palabras de Marcos contra AMLO, se descubren otras lecturas. Marcos lo acusa (y a Cuauhtémoc Cárdenas, hoy con un yunquista tocayo de apellido), de no ser suficientemente de izquierda, de andar muy en el centro y muy amigo de los empresarios. Y vuelve a sacar a relucir su resentimiento antes mencionado de 1997 por la negativa, que llama “traición” de estos dos perredistas a abrir sus puertas de par en par al abrumador zapatismo. Los acusa de haber provocado el fracaso de la Ley, que dio al traste con las necesidades de autonomía indígena.
Hay quien opina que dividir a la izquierda es peligroso y que AMLO perderá votos de los radicales y de los indígenas. Pero a lo mejor las críticas zapatistas le abrirán los ojos a muchos indecisos o a los hiperconservadores que siguen viendo en cualquiera que no sea un inquisidor, a un “comunista-populista”. Ya dio resultado la embestida de Marcos. En su reciente gira por el norte conservador, AMLO tuvo gran éxito.
El subcomandante Marcos, sin querer queriendo o quién sabe, está resultando un buen aval de la equilibrada opción política que representa Andrés Manuel en momentos en que sus contrincantes ofrecen, dos aberraciones: el regreso al priismo o la contnuación del inepto oscurantismo que significa El Yunque. Fox tiene razón: la liberación del priismo, es un legado que no debemos perder. Así que, estimado subcomandante Marcos, siga atacando a AMLO.
Entre lo que hay en el mercado político, es el único que podría hacer algo por los indígenas. Lo vimos: ninguno del PRIAN. Por otra parte, recuerde que los griegos, que no eran ningunos nacos, abogaron siempre por el “justo medio”, ergo dentro del actual contexto mexicano basta con ser enemigo del destructor neoliberalismo. Los grados de temperatura de la izquierda no tienen la menor importancia.
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