Los inculpados aseguran haber sido víctimas de abuso policiaco; los agentes dicen lo contrario.
EL SIGLO DE TORREÓN
Francisco I. Madero, Coah.- Con un ojo morado terminó un policía luego de ser golpeado por dos hombres tras realizar su detención debido a una discrepancia que tuvieron con una sexoservidora. Los presuntos agresores manifestaron haber sido golpeados por otros policías hasta la saciedad.
Los detenidos son Horacio Cordero Juárez, de 23 años de edad y su padre Gonzalo Cordero Tinajera, de 45 años, ambos con domicilio en la calle Jalisco de la colonia Zaragoza, en este municipio. Fueron atrapados luego de protagonizar la trifulca donde presuntamente lesionaron al elemento de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM) de nombre J. Ascensión Salinas de los Santos.
Su detención se llevó a cabo a las siete y media de la tarde, afuera del Hotel Los Arcos, en el bulevar Madero. A decir de los propios inculpados, venían del ejido Luchanas de un juego de futbol y luego decidieron tomar unas copas pero las cosas se complicaron luego de que Horacio discutió con una sexoservidora, por lo que los testigos reportaron la riña a la Policía Preventiva.
Al lugar acudieron las unidades de la DSPM 0958 y 0959, en esta última iba el policía conocido como “Chon” acompañando al responsable de turno. Según la versión de los elementos, los presuntos agresores se resistieron a la detención, siendo Horacio quien le propinó el certero golpe al policía causándole un gran hematoma que le dejó el ojo derecho morado, inflamado y con derrames.
Por su parte padre e hijo manifestaron que el policía se lesionó porque cayó al piso, pues a ellos ya los tenían esposados. “No me caí, me tumbaron que es diferente, el pelón (Horacio) me dio un cabezazo y por eso me cerró el ojo”, menciona Ascensión, el policía.
Los detenidos se quejaron de haber sido golpeados por los policías en las instalaciones de la DSPM estando aún esposados, además de no haber llevado a Horacio al hospital como recomendó el médico legista Hugo Castañeda.
“Me tumbaron un diente y me golpearon, el médico autorizó que me llevaran al hospital pero en lugar de eso me sacaron y me pasearon en la patrulla, me regresaron cuando el médico ya se había ido”, afirma Héctor, quien tenía visibles golpes en la cara y cuerpo al igual que su padre.
Ambos señalaron una mancha de sangre que estaba a un lado de la reja de una celda en el pasillo interior que divide los apartados. “Esa mancha es porque luego de que me pegaron vomité sangre pero no me quisieron llevar para que me atendieran”, dice Héctor. Su padre, Gonzalo, comentó que el policía le había pedido tres mil pesos para no poner la denuncia en el Ministerio Público del fuero común.
Por la mañana de ayer el policía ofendido no puso su denuncia formal ante el Ministerio Público a pesar de que acudió a las instalaciones de dicha dependencia porque dijo que la familia de los detenidos quería llegar a un acuerdo con él.
“De hecho ellos son conocidos míos pero el trabajo es el trabajo, uno de los familiares quiere arreglarse conmigo para evitar que los denuncie porque les sale más caro, la gente siempre dice que los policías somos los malos”, afirma el preventivo quien traía unas gafas oscuras para disimular el golpe.
Sin embargo, el agente del Ministerio Público, Roldando Anaya Araujo, comentó que rara vez los policías interponían denuncias pero que era muy común que los detenidos manifestaran abuso policiaco de parte de los elementos de Seguridad Pública.
Consignan a mujer
La señora Lucrecia Reyes Ramírez, de 52 años de edad, también fue consignada por la DSPM al Ministerio Público del fuero común por el motivo de riña y lesiones en perjuicio de la señora Gloria Navarrete Ortiz, de 30 años de edad. La inculpada tiene su domicilio en la calle Departamento número diez de la colonia Montemayor. La ofendida vive en la misma calle pero en el número seis.
Según la detenida, el problema con la vecina fue porque una hija de la afectada, de 13 años de edad, golpeó a su nieta de siete años, por lo que otra de sus nietas de 14 años se desquitó y le pegó a la de 13, siendo entonces cuando la ofendida, Gloria, estrujó a la nieta de la inculpada. La jovencita le pegó con un cinto en la frente a Gloria, provocándole un herida por la que recibió seis puntadas.
“La señora dice que esa herida se la hice yo y que la mordí pero no fue cierto, lo que pasa es que como sabe que mi nieta es menor no la puede meter a la cárcel, incluso de mi casa llamamos a la Policía porque entre ella (Gloria) y su hermana nos gritaban cosas estando yo y mis nietas en mi casa”, afirma Lucrecia.