EL SIGLO DE TORREÓN
SALTILLO, COAH.- En Coahuila el dedazo y la imposición se abolieron para siempre, aseguró el gobernador Enrique Martínez, quien afirmó que mientras deba tomar decisiones, actuará con transparencia y apelará a la democracia.
Cuestionado sobre los riesgos de fractura vigentes en su partido, ante el encono protagonizado por quienes aspiran a la candidatura para gobernador, Martínez anotó que “la democracia es precisamente una competencia y debe apreciarse como tal”.
De hecho, no advirtió ningún problema dentro de su partido y mucho menos reconoció la posibilidad de que algunos, como Jesús María Ramón o Alejandro Gutiérrez, vayan a abandonar las filas del PRI al estar molestos por la forma en que se ha manejado el proceso previo a los comicios internos.
“Todos son priistas convencidos y ciudadanos que quieren y aspiran a ser candidatos de partido porque quieren servir”, consideró.
Invitó a quienes aspiran a sucederlo en el cargo a voltear la vista hacia adelante, a convencer a los coahuilenses de sus propuestas, pues les recordó que al final los ciudadanos decidirán quién deberá ser el abanderado para las elecciones constitucionales del 25 de septiembre.
Reiteró la lealtad al PRI que a su juicio tienen los llamados calefactos y descartó que entre ellos existan “chapulines” que sólo busquen beneficios particulares.
El gobernador dijo lo anterior en entrevista, tras inaugurar el Centro de Atención Empresarial.
