EFE
México, DF.- El actor, productor y escritor mexicano Roberto Gómez Bolaños, ?Chespirito?, dijo ayer que la primera tirada de su libro El Diario de El Chavo del Ocho se agotó en menos de un mes de haberse puesto a la venta.
En conferencia de prensa y acompañado por su esposa, Florinda Meza, ?Doña Florida?, ?Chespirito? añadió que se está enviando a las tiendas una segunda edición de su obra y recordó censura que sufrió en la década de los setenta el programa televisivo que inspiró el libro.
Gómez Bolaños se declaró feliz por la aceptación que El Diario de El Chavo del Ocho ha tenido entre el público mexicano.
?El primer tiraje fue de 8,000 ejemplares y el segundo es de 12,000. Realmente estoy muy contento porque no es un libro sobre mí, sino sobre El Chavo del Ocho, y aquí hay muchos aspectos de la vida de este personaje que la gente no conoce?, indicó.
El reconocido actor anunció que próximamente será editada la obra también en el resto de América Latina y España.
?Chespirito? cuenta en su libro pasajes desconocidos de El Chavo, ?como que este niño tierno no vive en un barril, como creen muchos de sus admiradores, sino que sólo se oculta allí cuando llora, cuando no quiere ver a los demás o cuando tiene muchas cosas en qué pensar?.
Gómez Bolaños dijo que la pobreza que afecta a El Chavo del Ocho es mayor que la que él padeció cuando era niño, la cual le impidió conocer el mar antes de los 18 años de edad, aunque ?nunca? fue un obstáculo para recibir cariño. Las aventuras de El Chavo del Ocho se transmiten por la televisión mexicana desde 1971.
?Si recibiéramos cinco centavos de dólar por la transmisión de cada programa en los diferentes países, tendríamos yate y avión de lujo?, dijo ?Doña Florida? en la conferencia de prensa.
La actriz y esposa de Gómez Bolaños añadió que originalmente El Chavo del Ocho no era sólo una comedia, sino que tenía una gran carga de crítica socio-económica y política.
El productor y escritor recordó que la serie fue muy censurada por las autoridades gubernamentales mexicanas en la década de los setenta.
?La censura que existía era tremenda. Los funcionarios eran estúpidos hasta más no poder, tanto que nos prohibían citar a personajes de la historia mexicana en algunos chistes inocentes?, enfatizó.