EL SIGLO DE TORREÓN
MATAMOROS, COAH.- David Carrillo Gamiz, a sus escasos 22 años de edad, ha probado toda clase de drogas. Ahora, a tan sólo un par de años de haberse alejado del vicio, se dedica a su esposa y a sus hijos.
Diariamente, David sale desde temprano de su casa, ubicada en la ciudad de Torreón, para luego dirigirse a su centro de ayuda para drogadictos y tomar su caja llena de dulces.
En su rostro y en sus manos, se han quedado las marcas de aquella vida que le daba una alegría falsa.
Con su caja de dulces en su mano izquierda con la otra ofreciendo alguno de éstos, David platica cuándo y dónde comenzó su contacto con las drogas.
?Tenía 12 años y aún estaba en la escuela cuando me la ofrecieron por primera vez. Era un grupo de chavos muchos más grandes que yo, quienes se metían hasta la escuela sin que nadie les dijera nada para ofrecernos un pase de marihuana?, comenta David.
Fue entonces cuando comenzó a robarle a su madre para poder comer la droga, ?me metía a su cuarto y me llevaba sus joyas para después cambiarlas o venderlas por drogas?, dice David.
Después de haber dejado a su madre sin joyas y sin dinero el joven comenzó a buscar trabajo donde el contacto con ellas fuera mucho más fácil.
?Primero trabajé como carpintero, ahí me escondía en las esquinas del local para oler el pegamento, luego me corrieron y busqué otro empleo como pintor, ahí me la pasaba oliendo el tíner?, dice el joven comerciante.
Ocho años más tarde, David conoce a Valeria, su actual esposa con quien ahora comparte dos pequeños.
Luego de haberla conocido y de haber estado apunto de morir decidió alejarse para siempre de la drogas, ?ya casi no me metía nada, cuando en una riña entre pandillas me dieron dos tiros en la pierna fue entonces cuando decidí alejarme de todo lo que me hace mal?, aseguró David.
Es por ello, que ahora se ha dedicado a sus hijos, a su mujer y a su trabajo. ?Ahora lo más importante son ellos, no me importa que mis amigos y mis vecinos me griten miedoso por no querer drogarme más?, dice David.
Desde hace más de dos años, David no ha vuelto a probar ni una clase de drogas, a pesar de que las ofertas para hacerlo, se le presentan a diario, ?ahora sé que no dejan nada bueno?, comentó David, justo antes de partir.
