México, (EFE).- María Asunción Aramburuzabala, la mujer más rica de México, tiene a la sociedad en ascuas al desvelarse su relación amorosa y futuro enlace matrimonial con el embajador estadounidense Tony Garza, en una fecha que se mantiene en secreto.
Nació rica, pues su padre Pablo Aramburuzabala era el pilar de la poderosa firma cervecera Grupo Modelo. Pero a la muerte de éste en 1995, María Asunción decidió ponerse a trabajar y dejar la vida de confort.
A la muerte del padre, la familia Aramburuzabala mantuvo el control del negocio, una "máquina de hacer dinero" que provenía de las ventas espectaculares de la cerveza Corona.
Con el tiempo, María Asunción se convirtió en la mujer más rica de México y una de las más poderosas de América Latina.
Licenciada en contaduría, Marisun, como le llaman sus amigos, no teme a los números y es miembro de los consejos de varias de las principales empresas de México.
Tampoco teme a los hombres poderosos. Es socia de Carlos Slim, el hombre más rico de Latinoamérica, y de Emilio Azcárraga Jean, el principal accionista de control de Televisa, la mayor empresa de medios en español.
Su ex novio Manuel Medina Mora, representa los intereses en América Latina de Citigroup, el banco más grande del mundo.
De ella cuentan que es capaz de presentarse en las fábricas de cerveza y trabajar hombro a hombro con los obreros para reforzar una tarea.
María Asunción tiene una fortuna valuada en unos 1.500 millones de dólares, pero sus raíces son humildes. Es nieta de Félix Aramburuzabala, un inmigrante vasco que llegó a México sin dinero, pero que fue en la década de los años 20 del siglo pasado uno de los fundadores del Grupo Modelo, una de las 10 mayores cerveceras del mundo.
A sus 41 años, María Asunción es vicepresidenta del Grupo Modelo, divorciada, madre de dos hijos, y también una mujer enamorada, que está a punto de contraer nupcias con el embajador Garza.
Garza también es nieto de inmigrantes humildes, mexicanos que llegaron a Estados Unidos a principios del siglo pasado.
Su estrecha relación con el presidente estadounidense, George W. Bush, lo perfila como un pretendiente al gobierno del estado de Texas.
Los trámites religiosos se iniciaron en la parroquia de Nuestra Señora de los Angeles, en el Estado de México, donde se les otorgará el permiso de matrimonio, cuya fecha aun no ha sido revelada por los contrayentes.
María Asunción no sólo es conocida en México, sino en todo el mundo por el acierto que tuvo en mantener su participación en el Grupo Modelo y frecuentemente es citada en la revista Forbes.
"Es importante no sentirme una mujer inútil que heredó dinero y se sienta en un sillón a comer palomitas y ver películas", dijo en una entrevista con "The Wall Street Journal".
Aramburuzabala se casó a los 19 años y se divorció antes de los 35. Tras la muerte de su padre por un cáncer, decidió, con su madre y hermana menor, hacerle frente al negocio de la familia.
"La gente vio a tres mujeres indefensas con participaciones en grandes compañías, e intentaron aprovecharse; querían que yo fuera una buena niña y que me sentara debajo de un árbol a beber limonada, esperando a recibir mi cheque anual de dividendos mientras ellos tomaban el control de lo que había construido mi familia", confesó la millonaria al diario neoyorquino.
Narra el rotativo en un artículo titulado: "La mujer que no se duerme en sus laureles", que la graduación de Aramburuzabala en el mundo de los negocios se dio en 1996, cuando fue retada por los miembros del consejo de la empresa a sacar de los números rojos a la filial Levadura Azteca.
Logró fortalecer el negocio a través de un gran recorte de personal, y así ganó el apodo de la "Thatcher".
"Tuvimos días largos, y tuve que ensuciarme las manos -inclusive agacharme debajo de las calderas (de levadura) a las 7 de la mañana para revisar que no hubiera grietas", confesó.
Sus victorias no se dieron sólo en las fábricas sino también en las salas de juntas de grandes multinacionales.
Aramburuzabala encabezó las negociaciones de Modelo con la empresa estadounidense Anheuser-Busch para que ésta se hiciera socio en Estados Unidos de la firma mexicana.
Dos años después, Corona se convirtió en la marca de cerveza que más se consumía en el mercado estadounidense.
Es una mujer rica, madura, que gusta del baile, y que a sus 41 años ha cumplido con excelencia los roles de hija, esposa, madre, empresaria y ahora se embarca de nuevo a la aventura del matrimonio.