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Se elevan a ocho los muertos por motín

Casi la totalidad de los presos está dispuesta a poner fin al motín, pero hay unos cien condenados a reclusión perpetua que se oponen.

Buenos Aires, (EFE).- El motín que se desató ayer en una cárcel de Córdoba, en el centro de Argentina, ya ha causado ocho muertos -cinco presos, dos agentes penitenciarios y un policía-, según informes oficiales, y un número indeterminado de heridos, que podría rondar la treintena y entre los que hay varios graves.

Durante la madrugada fueron liberados trece rehenes, entre guardias, mujeres y niños, si bien todavía quedan varias personas retenidas por unos mil 600 reclusos que controlan el penal situado en la capital cordobesa, 715 kilómetros al noroeste de Buenos Aires.

El fiscal general de la provincia, Gustavo Vidal Lascano, a cargo del comité de crisis organizado por el motín, que se inició hace más de 18 horas, dió la cifra oficial de muertos y aseguró que se han retomado las negociaciones con los presos.

Indicó que ante el requerimiento de los reclusos, se aseguró que al penal "no va a ingresar el cuerpo de elite (de la policía), se van a respetar los regímenes de visita como se venían realizando hasta ahora y se garantizará la libertad de cultos".

Los incidentes comenzaron a las tres de la tarde del jueves, durante la hora de las visitas, cuando un vigilante empujó a la mujer de uno de los presos, lo que provocó la reacción de algunos reclusos, que empezaron a forcejear con el guardia, pelea a la que, en pocos segundos, se sumaron más detenidos.

Después, los presos consiguieron hacerse con algunas armas y, en medio de un fuerte tiroteo, un grupo de 16 reclusos intentó fugarse abordo de un camión, acción que fue abortada por las fuerzas policiales que rodeaban el centro penitenciario.

Entre los rehenes hay varios guardias, el director de la prisión, Emilio Corso, y el subdirector, Francisco Toledo, mientras que medio centenar de familiares de presos permanecen en el penal por decisión propia.

Algunos medios de prensa locales informaron que casi la totalidad de los presos está dispuesta a poner fin al motín, pero hay unos cien condenados a reclusión perpetua que se oponen y exigen una conmutación de penas.

Pocos minutos después de que se oyesen algunos disparos efectuados en el interior de la cárcel, el alcalde de la ciudad, Luis Juez, admitió que las autoridades temen que se produzca algún enfrentamiento entre los reclusos condenados y los procesados.

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