Los enfrentamientos entre la policía y presuntos extremistas islámicos en la ciudad de Al Ras dejaron nueve muertos y 40 heridos.
Riad, (EFE).- Los enfrentamientos entre la policía y presuntos extremistas islámicos en la ciudad de Al Ras, que duran ya más de 24 horas, han dejado nueve muertos, entre ellos ocho terroristas y un oficial de policía, además de 40 heridos.
El portavoz del Ministerio saudí del Interior, Mansur al Turki, reconoció que los enfrentamientos, que empezaron en la madrugada del domingo, aún no habían terminado al mediodía del lunes, pues un grupo de "cuatro o cinco" hombres armados seguían atrincherados y combatían a las fuerzas de seguridad.
Los tiroteos escuchados durante toda la noche en la pequeña ciudad del interior saudí, situada a unos 450 kilómetros al norte de Riad, han creado una sensación de pánico en el vecindario del "Barrio de los Pasaportes", que en su mayor parte ignoraba que había presuntos terroristas ocultos en un edificio en construcción.
Los medios saudíes señalaron el domingo que fue un "soplo" el que condujo al descubrimiento de los presuntos terroristas, pero pese a llegar por sorpresa a su escondrijo, los rebeldes, descritos por fuentes policiales como "muy bien entrenados", consiguieron repeler el asalto.
La televisión saudí mostró imágenes de numerosos vehículos militares y ambulancias, así como un gran número de miembros de fuerzas de seguridad, rodeando el lugar donde tienen lugar los enfrentamientos.
Dos escuelas de niñas que se encuentran en las inmediaciones pudieron ser evacuadas discretamente en la noche de ayer, pero otras no tuvieron esa suerte y hay cientos de niños a los que se ha prohibido abandonar sus escuelas hasta que terminen los tiroteos.
Según el diario internacional "Al Hayat", entre los extremistas que siguen resistiendo podría encontrarse el cabecilla de la red Al Qaeda en la Península Arábiga, Saleh al Oufi, así como el "mufti" (guía religioso) de toda la red, Abdala al Rushud.
Al Oufi, de poco más de treinta años, dirige Al Qaeda en la Península Arábiga -el territorio más sagrado del Islam por cobijar La Meca- desde que su predecesor, Abdelaziz al Muqrin, muriera en otro enfrentamiento con fuerzas saudíes en junio de 2004.
Al Oufi apareció el pasado mes en un vídeo colgado de una página web en el que instaba a sus seguidores a aumentar la presión contra Arabia Saudí, Qatar, Kuwait, los Emiratos Arabes Unidos y Omán.
Al Hayat asegura que eran quince los militantes islámicos escondidos en Al Ras, y todavía no se sabe a ciencia cierta si alguno de ellos ha podido escapar.
Los rebeldes cuentan con lanzagranadas con las que han disparado contra sus asaltantes, y han logrado alcanzar y quemar dos coches de la policía.
El nuevo enfrentamiento se inscribe en la guerra sin cuartel que las fuerzas de orden y radicales musulmanes libran desde hace mas de dos años en Arabia Saudí y que desde entonces ha costado la vida de decenas de personas, varias de ellas de nacionalidad extranjera.
Aunque la familia reinante ha prometido el perdón a los activistas que se entreguen, la oferta no ha sido casi secundada por los grupos terroristas que las autoridades vinculan a la organización Al Qaeda.
Dos días antes de desatarse este ultimo enfrentamiento armado, las autoridades decapitaron el viernes en la ciudad de Al Jawf, en el norte de Arabia Saudí, a tres extremistas que habían sido condenados por el asesinato en 2003 de un funcionario estatal, un jurista religioso y un teniente de policía.
Tras el ajusticiamiento, en una plaza de la localidad y junto a una mezquita, las autoridades ataron los cuerpos de los ejecutados a un poste en cuya punta habían colocado las cabezas, como ejemplo de escarnio público.
